Evelyn Matthei finalizaba ayer su discurso destacando el paso a segunda vuelta, y se recluía en un salón del Hotel Intercontinental con su comando, los ministros y dirigentes UDI. La cúpula de RN -Carlos Larraín, Baldo Prokurica y Francisco Chahuán- se apartaba en una sala de estar para monitorear los resultados parlamentarios de sus candidatos.
Eran pasadas las 22 horas. Mientras en RN celebraban el triunfo de Andrés Allamand sobre Pablo Zalaquett en Santiago Poniente, en la UDI se configuraba el peor escenario, calificado como un "desastre" con anterioridad por la propia directiva: bajar de 38 a 29 diputados -la apuesta era obtener 31 en el peor de los casos- y perder a su principal figura, Laurence Golborne, a manos de Manuel José Ossandón en Santiago Oriente. Si bien mantendrán su hegemonía en el bloque, el escenario implica la supremacía de RN en la Región Metropolitana -lo que se suma a un crecimiento de la bancada de diputados que anoche calculaban de 17 a 21- y la articulación de dos figuras potentes de ese partido en contra de dos objetivos trazados por el Presidente Sebastián Piñera: tomar el control de la tienda de calle Antonio Varas y repostularse a La Moneda en 2017.
Los principales dirigentes de la derecha admiten que al interior del sector se abrirá un intenso proceso de reordenamiento. Inminente es en RN el enfrentamiento entre los seguidores del actual jefe partidario y los "piñeristas", principalmente aquellos que integraron la disidencia a la directiva de Larraín y que hoy promueven una denominada "nueva derecha".
El tema fue parte de la conversación que sostuvo el Mandatario el jueves en la noche en su casa, cuando se reunió con la ministra Cecilia Pérez; los senadores Alberto Espina y Lily Pérez, y los diputados Cristián Monckeberg, Joaquín Godoy, Pedro Browne y Leopoldo Pérez. En la cita se abordó el "recambio" interno que podría incluir a figuras como Rodrigo Hinzpeter, Felipe Bulnes y Rodrigo Ubilla.
Sin embargo, admiten que el actual timonel de RN salió fortalecido y que deberán sortear el pacto Allamand-Larraín, que incluye a ambos en una futura directiva.
En el gobierno apuestan a que el Mandatario no tome un rol protagónico en la interna de RN durante los primeros dos años. El mismo diseño prevén para una posible nueva candidatura presidencial, lo que implica levantar una figura presidencial "alternativa", para que el actual Jefe de Estado aparezca explícitamente como candidato en una segunda etapa, para no exponerlo a ataques.
En la UDI, en tanto, se abrirá un nuevo diseño basado en la "batalla de las ideas" y la defensa del modelo. Bajo ese esquema, son varios los que vislumbran a Jovino Novoa afianzándose al mando del partido, probablemente en una vicepresidencia, pero tomando el control real.
Lejos de este diseño figuran históricos militantes, como Andrés Chadwick y Joaquín Lavín. Miembros de la actual mesa dicen que la vinculación de ambos con el gobierno -en un mandato en el que la UDI tensionó sus relaciones con La Moneda- provoca rechazo especialmente en las bases, en donde existe una cierta desafección, especialmente con la figura del actual ministro del Interior.