Corría el minuto 92' del segundo tiempo en el Estadio Castelao y Holanda y México igualaban 1-1, cuando Rafael Márquez enreda piernas con Arjen Robben, quien se deja caer en el área. El portugués Pedro Proenca cobró penal y Klaas-Jan Huntelaar anotó para decretar el 2-1 definitivo.
Luego de la euforia del triunfo, el delantero del Bayern Munich confesó al periódico holandés De Telegraaf que había simulado. "Quiero pedir disculpas, fue un piscinazo", reconoció Robben. Sin embargo, se refería a una acción del primer tiempo en donde se había dejado caer para lograr engañar al árbitro.
"No debería hacer esto. Es horrible y estúpido", continuó el jugador, recalcando además otras infracciones que sufrió en el área mexicana y que finalmente culminaron con la pena máxima.
"Me dieron un golpe que podría haber significado una lesión. Si eso no es falta, entonces no sé que es", se quejó.
Para los mexicanos, el cobro de Proenca en el minuto 92' fue una mala decisión. "Fue un penal inventado por ellos", disparó Miguel Herrera, entrenador azteca.