El cantante británico, Robbie Williams, de 35 años, admitió hoy que estuvo al borde de la muerte, producto de su grave adicción a las drogas y el alcohol.
El músico afirmó al diario británico The Sun, que de no haber sido por su internación en un centro de rehabilitación, habría fallecido por una sobredosis debido a la gran cantidad de drogas que consumía.
Williams habló por primera vez acerca de su tratamiento en 2007, el día de su cumpleaños 33, una decisión que dijo salvó su vida.
La estrella, que saltó a la fama junto a la banda Take That y que ahora lanzará su nuevo álbum, Reality killed the video star", declaró que era tal su adicción, que no le importaba morir.
Confesó además, que una de las drogas que consumía era el calmante Vicodín, el que fue hallado en el cuerpo del músico Michael Jackson después de su muerte.
"En su momento no me importaba para nada si saltaban los tapones. Debo haber estado, muy, muy cerca (de morir)", declaró Williams al medio. "Habré estado a pocos días o a 24 horas de morir", agregó.
El cantante dijo al tabloide que durante años consumió cocaína, LSD, anfetaminas, éxtasis y heroína.