"No sé qué es lo que intenta hacer. Estoy decepcionado de él". Con esas palabras, Robert Plant se refirió en julio a su ex compañero en Led Zeppelin, Jimmy Page. El cantante fue consultado  acerca de los dichos del guitarrista sobre la posibilidad de reunir a la banda emblema del rock duro, en uno de los retornos más ansiados por los fanáticos de todo el planeta.

Pero, como tantas otras veces, nuevamente dijo no. "No se saca nada tocando cosas del pasado, por lo que me concentro en el presente y el futuro", declaró a AFP. El vocalista parece descartar cualquier vuelta con el conjunto, a pesar de las esperanzas levantadas siete años atrás, cuando el grupo realizó una única presentación de beneficencia en Londres.

De algún modo, y según él mismo ha demostrado, está muy lejos de necesitar a Led Zeppelin. De los tres miembros sobrevivientes, el vocalista es el que ha tenido la carrera más prolífica y sólida en solitario, aventurándose con sonidos que lo desmarcan de la sombra que ejerce el grupo.

Con una carrera solista que se remonta a los 80, la semana pasada el británico lanzó una nueva prueba de su vigencia y talento: su décimo álbum de estudio, Lullaby and... The ceaseless roar, convertido en su primer disco de composiciones originales desde el alabado Mighty ReArranger (2005). Un trabajo que ya asoma para la crítica como uno de los mejores de la temporada. Plant ha renacido y, como tantas otras veces, sin el fantasma de su banda madre.

De hecho, el británico ya había disfrutado de un escenario similar en 2007, cuando lanzó el álbum de covers de country Raising sand, junto a la cantante Alison Krauss, el que ganaría el Grammy a Album del Año, aparte de una serie de reseñas que lo apuntaron como lo más destacado de esa temporada. En tanto, en 2010 editó Band of joy, un álbum  de versiones de canciones folk con su banda en vivo.

Con su nueva entrega, Plant volvió a jugar con lo que se espera de él, y dejó momentáneamente de lado los sonidos acústicos tradicionales que lo acompañaron en sus últimos trabajos para volver a las texturas eléctricas, añadiendo incluso beats electrónicos que se mezclan con canciones más folk y ritmos de world music.

"Un álbum hermoso y con el coraje de mezclar géneros" afirmó la revista Q, mientras que Consequence of Sound declaró: "Luego de toda una vida de locura y devoción hacia la música, ya no debería ser sorpresa que Plant produzca otro álbum lleno de claridad y vitalidad". Lullaby and... ha vendido 30 mil copias en su primera semana, y se estima que este jueves debutará dentro del Top 10 del ranking Billboard 200.

CERCA DE LOLLAPALOOZA

The Sensational Space Shifters, el grupo de apoyo de Plant con el que grabó su nuevo disco, es apuntado como uno de los principales responsables de la riqueza sonora del trabajo. El cantante ya visitó Chile con la banda en noviembre de 2012 con una redonda presentación en Movistar Arena.

Un cara a cara con Santiago que podría volver a repetirse. Según el diario brasileño Destak, constantemente dedicado a las informaciones de actualidad musical en el continente, la voz de Stairway to heaven es una de las cartas fijas para encabezar las próximas tres ediciones regionales de Lollapalooza, las que se realizan en Sao Paulo, Buenos Aires y Santiago.

La información coincide con una serie de acercamientos y negociaciones realizadas en las últimas semanas por los organizadores de los eventos y el staff que maneja al británico. Eso sí, la información oficial sólo vendrá en la última parte del año, cuando se anuncie el cartel definitivo del espectáculo que, en el caso capitalino, se hará el 14 y 15 de marzo en el Parque O'Higgins.

De concretarse, sería la tercera visita al país de la leyenda del rock. Aparte de 2012, en 1996 debutó con Page en el Estadio Sausalito, donde interpretaron canciones de Led Zeppelin. La postal del dúo pareciera no volver a repetirse jamás: Plant se rehúsa a mirar hacia el pasado, lo que, hasta ahora, le ha rendido frutos.