Roberto Bravo es un fan declarado del bolerista Armando Manzanero. Una de sus grandes frustraciones ha sido no conocer personalmente al cantante. En febrero pasado, cuando estuvo de visita en nuestro país, recibió una invitación del artista, pero no pudo asistir. "Me dijo que nos juntáramos a tomar desayuno, pero tenía un concierto y no pude aceptar", cuenta el pianista, quien piensa enviarle una copia de su nuevo disco apenas lo tenga en sus manos. El artista mexicano ha sido una fuerza capital en la producción de este trabajo, que repasa éxitos como Somos novios y Contigo aprendí, entre otros clásicos.
El gusto de Bravo por el bolero viene de su madre, quien le transmitió la pasión por el piano y la música popular. "El disco es un homenaje a ella", dice el músico, quien eligió para la portada una fotografía de su álbum familiar. En ella se ve al pianista, con cuatro años de edad, asustado y un tanto molesto, abrazado a su mamá. "Acababa de tocar en un programa de radio que buscaba talentos, el que animaba Raúl Matas. Ahí gané mi primer premio", relata.
Presentará su nuevo álbum mañana, a las 19 horas, con un concierto en el Teatro Nescafé. Acompañado por el grupo de bolero La Flor del Recuerdo, compuesto por músicos de la Orquesta Sinfónica, tocará temas como Solamente una vez, Muñequita Linda y No sé tú.
Acostumbrado a tocar en todos los rincones de Chile, quiere llevar este nuevo repertorio de canciones a las zonas afectadas por las últimas catástrofes naturales. El pianista confía en el poder curativo de la música. Pone su esperanza en la catarsis emocional que producen los boleros. "Llorar es bueno", dice.
¿Siente un deber social?
Absolutamente. Uno debe estar en los lugares donde lo necesitan. Yo no hago falta en España, ni en Alemania, ni en Austria, siento que puedo aportar mucho aquí, sobre todo con las nuevas generaciones, transmitiendo un mensaje que el maestro Arrau dejó y que yo repito siempre. A Arrau una vez le preguntaron cómo quería ser recordado y él dijo como un hombre decente. Eso es lo que necesitamos ahora en nuestro país. La música es un lenguaje maravilloso para abrir el corazón. La música sana.
¿Qué otro recuerdo tiene de Arrau?
Era un hombre muy generoso, un maravilloso intérprete de los clásicos alemanes, que siempre se hizo un tiempo para los jóvenes y ayudó a quienes empezaban sus carreras. Lo otro que nos enseñó es que el mayor enemigo del artista es la vanidad y a no creerse el cuento de los aplausos, a no conseguir el éxito fácil, ni tocar para tratar de agradar al público.
¿A qué adjudica su éxito?
Al hecho de haber transgredido las fronteras de la música clásica y la popular. También por haber acercado la música clásica a los lugares más lejanos de Chile, combinándolos también con las obras que la gente ama.
¿Cómo fue trabajar en este disco?
El disco está lleno de amor, de nostalgia. Ha sido muy especial. Es un homenaje a mi madre, que está por cumplir 98 años. El género del bolero es el mejor de todos para expresar el amor.