Roberto Méndez conoce de encuestas, pues durante años estuvo a cargo de los sondeos de Adimark. Desde esta posición, analiza lo que ocurrió con las principales mediciones del país, que evidenciaron marcadas diferencias entre sus predicciones electorales y el resultado final de los comicios del domingo. A modo de ejemplo: el Centro de Estudios Públicos (CEP) otorgó una intención de voto hacia Sebastián Piñera del 44%, y Cadem, del 45%. El ex mandatario obtuvo, en la elección del domingo, el 36,6% de las preferencias.
Hoy, Méndez es parte del mundo académico, ya que ingresó a formar parte de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica y desde esta posición estima que uno de los principales aspectos que debe revisarse es la aplicación de las nuevas tecnologías, destinada a contactar al electorado más joven.
¿Qué está pasando con las encuestas que no están acertando en sus predicciones?
Aquí hubo un problema. Evidentemente que muchas de las mediciones no lo hicieron bien, especialmente las que usan los métodos más tradicionales. Esto muestra la necesidad de que las encuestas deben renovarse, incorporar las nuevas tecnologías. Hay un mensaje, de que lo que habíamos hecho siempre no está funcionando tan bien. Esto es en parte porque la sociedad está cambiando, las tecnologías, la forma de comunicarse de las personas. En el mundo entero vemos cómo hay un esfuerzo por incorporar las redes sociales, internet, los teléfonos celulares, y eso es una cosa que está en proceso en Chile. Pero todavía falta.
¿Cómo afecta esta falta de incorporación de tecnologías? ¿Hay opiniones ahí que no se están tomando en cuenta?
Claro. Yo creo que hay ciertos sectores, especialmente la gente más joven, que es muy difícil contactarlos por medios tradicionales. No están en la casa durante el día, no contestan los teléfonos fijos, entonces, obviamente que para poder contactar a esta gente hay que usar otras formas de conexión, como es el teléfono celular, como es internet. Eso no es fácil, requiere investigación y no está tan claro cómo hacerlo. Así pasa también en otras partes del mundo. Es una tarea pendiente. Es interesante, porque algunas de las encuestas que usan sistemas de medición más innovadores estuvieron más cerca esta vez. Si uno toma lo que dice la Universidad del Desarrollo o lo que hizo Criteria Research, que usa unos paneles a través de internet, sus resultados se acercaron más (a la votación final) que los de las encuestas más tradicionales.
¿De qué forma impactó el cambio del sistema de elección, como es el voto voluntario?
Con el cambio del sistema político cayó dramáticamente la participación en elecciones y, justamente, lo difícil hoy es saber quiénes van a ir a votar. Yo creo que un problema que hubo aquí en las muestras fue que los jóvenes y los sectores socioeconómicos más bajos estuvieron subrepresentados. Eso es lo que uno lee hoy, porque el voto de Beatriz Sánchez fue fundamentalmente una preferencia de gente joven, que no fue representada adecuadamente en los estudios.
¿Con estos resultados las encuestas pueden perder su influencia?
Yo creo que las encuestas han jugado un rol excesivamente trascendente, excesivamente importante en la campaña. Entonces, una visión más moderada, un poco más escéptica de sus capacidades de predicción, me parece sano. Me parece sano para las encuestas y me parece sano para el sistema político. Creo que las encuestas pueden describir bien muchas cosas, pero su capacidad predictiva de la conducta es muy difícil y, probablemente, se requiere mejorar la metodología, revisar las formas como se hacen los trabajos, para ser más acertados. Pero hay muchas dificultades.
¿Cómo cuáles?
Una es, por ejemplo, que parece que la gente cambia sus decisiones a último minuto, en los últimos días. Entonces, es muy difícil que las encuestas puedan captar eso. El sistema político debiera funcionar un poco más independiente de ellas. Yo me retiré de las encuestas, pero ahora me estoy integrando a la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica y uno de los propósitos que tengo es investigar qué está pasando y ver cómo mejorar estos procedimientos.
¿Cómo deberían ser las encuestas de cara a la segunda vuelta?
Yo creo que no deberían hacerse encuestas. Creo que no hay tiempo, quedan solamente cuatro semanas. Hubo una veda en las dos semanas anteriores, de tal manera que si alguien quisiera hacer una medición debería hacerse ahora y en este clima que se vive hoy, en que los apoyos de los candidatos no están claros, yo creo que sería imprudente realizarla.
¿Cómo fue su experiencia con las encuestas? Ustedes también fueron impactados con este tema y hace poco se retiró de esta actividad.
Ya era un tiempo oportuno. Yo ya había vendido mis intereses en la empresa y ésta estaba yendo hacia otras direcciones. Yo creo que Adimark es una firma muy antigua. Tiene más de 40 años y se está centrando en otro tipo de actividades, pero no en las mediciones políticas.