Héctor Robles mira a la jefa de prensa de la selección Sub 20 y le solicita una hoja en la que tiene apuntadas algunas ideas. Es un ayudamemoria, un torpedo. Lo toma y, en rigor, es la única acción que realiza con ellas. Nunca más vuelve a considerarlo. Ni siquiera a mirarlo de reojo. Rápidamente, se entusiasma con la conversación y aborda con La Tercera las opciones de Chile en el torneo. Su combinado juvenil viajó ayer a Ecuador, donde realizará un proceso de aclimatación antes del Sudamericano, "Sabemos la importancia y la trascendencia que tiene llegar en las mejores condiciones a Ecuador. En eso hemos trabajado durante estos nueve meses. Hemos cumplido cada paso de nuestra planificación. Desde el comienzo, fuimos muy claros en que ésta era una lucha permanente y en que todo el cuerpo técnico iba a estar muy atento para la toma de decisiones finales y para definir quienes nos iban a representar en el torneo", dice respecto de la depuración de la nómina. Una decisión que reconoce dolorosa.
El grupo de Chile parece complejo. Están el local, Brasil, Colombia y Paraguay.
Es complicado, pero como todo el desafío que asumimos desde el primer día. Sabíamos que íbamos a jugar con rivales muy duros. Nos preparamos para eso. Y tenemos la ilusión. Sabemos que tenemos futbolistas de muy bien nivel. Y que van a tener que estar todos a la altura para hacer un gran campeonato. Nadie nos quita el sueño de clasificar al Mundial.
¿El sorteo fue más o menos difícil que lo que esperaba?
Eso uno no lo puede manejar. Sí puede manejar que los jugadores se muevan bien en la cancha, que puedan llegar en las mejores condiciones físicas, técnicas y tácticas. Eso sí. Más allá de lo inmanejable, uno tiene que trabajar. Llegamos en las mejores condiciones.
¿Se siente presionado por las campañas anteriores de Chile a nivel juvenil, que han sido malas salvo en el caso de la Sub 20 de 2013, con Mario Salas?
Yo cambiaría la palabra presión por desafío. ¿Qué es desafío? Trabajar bien, llevar a estos jugadores a que logren su máxima expresión, que logren ser profesionales más tiempo aún para que logren rendir de acuerdo con lo que significa un Sudamericano. Estamos convencidos y siento que la presión es para otros ámbitos. Éste es un juego. Hay que jugarlo y querer ganarlo, por supuesto.
¿Ve a sus jugadores comprometidos con esa idea?
Me lo han demostrado entrenamiento tras entrenamiento y partido tras partido. Hemos jugado muchos partidos clase A y han respondido a gran nivel, ante rivales muy fuertes. Y también hemos perdido partidos clase A, pero se ve que hay un equipo que sabe lo que quiere, que tiene una actitud distinta y eso tenemos que aprovecharlo. Ellos saben que deben ir mejorando día a día, porque están llamados a ser jugadores importantes.
Al comienzo de este proceso, el jefe técnico de las selecciones menores, Luis Ahumada, y usted se planteaban objetivos distintos para este Sudamericano. Ahumada dijo que era encontrar el recambio y usted sostuvo que es ganar el Sudamericano e ir al Mundial. ¿Lograron un acuerdo?
Siempre hemos estado de acuerdo. Lo que pasa es que hay dos tipos de objetivo. El general, que es el que tiene nuestro jefe técnico, que es mejorar las divisiones menores de nuestras selecciones, en la Sub 15, en la Sub 17, en la Sub 20; apuntar a un crecimiento que vaya más allá de la competencia. Y también hay un objetivo específico: en enero, en Ecuador, clasificar al Mundial. Seguimos creyendo que ése es el camino y para eso hemos ido preparando todo este trabajo.
¿Fue suficiente el trabajo como para después no recurrir a excusas si no se logran los objetivos?
Fue el óptimo. Está bien. Lo hicimos bien. Era lo que requeríamos en un momento difícil que estaba viviendo la ANFP por todos los cambios que había experimentado. Uno también tiene que aportar en ese aspecto. Estamos contentos por el desempeño y por lo que generamos en estos nueve meses. Después, hay cosas que uno no puede manejar, como las lesiones de los jugadores. Eso está dentro del juego.
¿Tuvo que realizar algunos ajustes a la planificación por las dificultades económicas que presentaba la ANFP?
No. Sabíamos en lo que estábamos. Vuelvo a insistir, estamos muy contentos por todo el desarrollo que tuvimos en la preparación.
¿Logró que el equipo tenga su sello?
Tiene varios sellos. Obviamente, uno busca tener rápidamente su sello futbolístico, una forma de jugar. Es tan simple como definir cómo el equipo ataca y cómo el equipo defiende. Estar concentrados. Son partidos que son muy rápidos, muy exigentes. Se juega cada dos días. Nosotros, en ocho días, jugamos cuatro partidos. Entonces, hay que ser muy estratégicos, estar muy atentos a circunstancias. Hemos preparado a muchos jugadores, no sólo un oncena titular, que puedan estar dispuestos desde lo táctico y lo técnico para llevarlo a lo estratégico. Hemos mejorado muchísimo en muchos aspectos, individuales y colectivos. Éste es un equipo de jugadores que tienen muy buen pie, sobre todo en el mediocampo. Tiene jugadores muy rápidos arriba, que son determinantes a la hora de convertir. Lo han demostrado en muchas ocasiones en su equipos. Tenemos buenos nombres y estábamos en la búsqueda de la cohesión del equipo. La hemos conseguido. Obviamente, ahora, iremos al Sudamericano, que tiene una caja de resonancia mayor, con una sensación distinta. Todos la van a tener. Estamos preparados.
¿Hay algunos elementos que destaque de su propuesta?
Me gustan los jugadores que van al frente, que no miran desde el punto de vista defensivo. Que son agresivos a la hora de recuperar la pelota. Me gusta jugar con 11 cuando hay que recuperar la pelota. No con nueve ni con 10. Y cuando tenemos el balón, obviamente que debemos tener movimiento, estructura para poder llegar y causar daño. Tener profundidad, que es lo que todos los técnicos buscan. A veces, el rival no te deja y hay que ser inteligente cuando eres protagonista y eres superior a tu rival. Tienes que hacer notar el ser superior. ¿Cómo? Asegurando el partido, convirtiendo goles, adueñándose del encuentro. Y cuando eres sobrepasado, pararte mejor, defender de una manera distinta. Hay que distinguir los momentos de los partidos. Lo que hay que tratar de conseguir es el equilibrio.
¿No hay espacio en su discurso para la demagogia de técnicos que ofrecen atacar por atacar?
Eso ha pasado con muchos entrenadores, pero aquí lo importante es que cuando entrenes y seduzcas a un grupo de futbolistas mediante un método de trabajo, después se pueda ver reflejado en la cancha. Ése es el compromiso que uno tiene. Trabajo, actitud, preparación, entrenamientos que van ligados a una forma de jugar, a cómo el técnico siente el fútbol.
¿Cuánto les sirvió haber trabajado con la Selección de Pizzi?
Siempre es bueno estar en permanente comunicación de aspectos técnicos y tácticos con gente que está en un nivel superior. Hemos tenido mucha comunicación con el cuerpo técnico de Juan Antonio. Con sus dos ayudantes. Buscamos maneras de enfrentar esta actividad. Sobre todo en selecciones, que es distinto a los clubes. Uno trata de aprovechar estos momentos para después transmitírselos a los futbolistas.
¿Está la Sub 20 para pelearles de igual a igual a las potencias?
Ése es el pensamiento. Después, hay que jugar, vivir los partidos, pero este grupo va en la búsqueda de objetivos importantes. Nos tocó un grupo muy difícil, muy duro. Hay que creer, tener convicción en lo que uno hace, pero siempre con humildad y sabiduría. Desde ahí se puede cimentar un gran logro.
¿Cuánto ayuda tener jugadores con recorrido en Primera, que han sido campeones o que están en el extranjero?
En varios ámbitos ayuda mucho. En lo emocional, estos jugadores están mucho más preparados. En lo técnico, también. Estos jugadores crecen en el control de las velocidades, manejan mejor los tiempos. En lo táctico, toman mejores decisiones. Sí, estoy convencido de que les sirve mucho jugar a niveles profesionales.
¿Es suficiente lo que han participado en sus equipos?
Lo que pasa es que hay que analizar en qué clubes juegan. Porque hay clubes en los que se hace más difícil jugar que en otros. Lo más importante es que estos futbolistas han logrado marcar una diferencia sobre sus pares. La regla partió hace 18 meses y decía que tenían que ser Sub 20 que hubieran nacido en los años 95, 96 y 97. Estos jugadores fueron ganándoles el tiempo y el espacio a otros mayores y se posicionaron en el profesionalismo de muy buena manera.
¿Se lo ganaron por la regla o por el rendimiento?
Por sus condiciones. La regla no estaba hecha para ellos, quienes fueron consiguiendo objetivos importantes a medida de que se dieron cuenta de que tienen condiciones para hacerlo.
¿Cuánto afecta a su planificación las lesiones de jugadores como Bryan Torrealba, Jimmy Martínez o Martín Arenas?
Los tres estaban en este grupo selectivo y después había que tomar determinaciones para ver si viajaban. Pero sí, afecta. A un entrenador le afecta desde lo emocional. Pero desde la planificación, y desde las dificultades que sabemos que vamos a tener que enfrentar, hay que seguir adelante y seguir pensando que los que están son los más importantes y los que van a lograr el objetivo.
¿Por qué no estuvo Byron Saavedra en la nómina?
Lo he repetido muchas veces. No en especial por Byron. Siento que como entrenador uno dicta normas, reglas que hay que cumplir y si un jugador no las cumple no puede estar en un grupo selectivo para seguir transformándose en jugadores confiables para el entrenador, en ese caso, de la Selección o de su club. Fue muy simple esa decisión y la tomaría siempre, como lo he hecho en toda mi carrera como técnico.
El jugador dice que usted lo saca de la Selección por dar una patada malaleche en un entrenamiento. También se habla de un exceso verbal o, al menos, de un fuerte reto.
No, no fue así. Un entrenador tiene la capacidad y la facultad para corregir a un futbolista. Lo corregí, no le gustó la corrección y, obviamente, uno lleva años en el fútbol como jugador y entrenador. Cometió el error de salirse de la práctica, de sacarse el peto. Eso no corresponde al nivel que estamos pidiendo permanentemente, que es el del fútbol profesional.
¿Las normas rigen para todos? A mediados de año, Jeisson Vargas protagonizó un incidente, fue detenido por amenazar a un conductor y sigue en el proceso.
Las normas disciplinarias son para todos iguales. Lo que pasa es que Jeisson, lo he dicho muchas veces y vuelvo a insistir, porque soy transparente y lo diré siempre de la misma manera, cometió un error que le puede pasar a cualquiera fuera del lugar de entrenamiento, en sus horas libres. No veo por qué había que excluirlo. Lo que sí hicimos fue hablar con él. Incluso tuvo un castigo: no pudo jugar contra Paraguay dos partidos. Pero ha cumplido plenamente con todas las normas, las reglas, la disciplina que se debe tener en una selección chilena y en su club. No veo por qué puedan ser comparables. Hay decisiones que uno tiene que tomar. Estos jóvenes van a seguir cometiendo errores, van a seguir teniendo dificultades. Ahí es donde uno tiene que ir buscando, con ellos, en conjunto con sus cuerpos técnicos, cuáles son las mejores decisiones.
¿Siente que no consiguió recuperar a Luis Felipe Pinilla, a quien no llevará a Ecuador?
Sí, lo conseguimos. El hecho de que no viaje o no esté en la lista final para ir a Ecuador no significa que no esté por un buen camino. De verdad, felicito a Pinilla por todo lo que ha logrado. Se insertó en un club, está en Iberia, logró jugar algunos minutos. Lo vi entrenar en la Selección de una manera terrible, pero los tiempos a veces no alcanzan. Me gustó mucho la actitud que mostró desde que tuvo sus problemas. Si fuimos un puente para ayudarle, uno también se siente orgulloso. Ojalá que siga por el mismo camino. Estar en la Sub 20, pero no viajar a este Sudamericano, no significa el fin de su carrera. Y para los que van, tampoco significa que les vaya a asegurar jugar 15 o 20 años a gran nivel. Hay que ir trabajando permanentemente con ellos.