La diligencia que analiza pedir la fiscalía a Carabineros del OS-9 apunta a despejar una de las mayores interrogantes en torno al llamado "Robo del siglo": la ubicación del botín avaluado en $ 6.000 millones obtenido tras el asalto ocurrido el 12 de agosto en la losa del aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez.
Para desarrollar esta diligencia, la Fiscalía Occidente debe contar con la autorización de un tribunal, en caso de que los cinco sospechosos detenidos en los operativos masivos se nieguen al ingreso voluntario de los efectivos policiales.
Una de las hipótesis que baraja Carabineros es que los implicados en el cuantioso atraco repartieron e, incluso, enterraron parte del botín en sus propiedades. Se estima que más de la mitad del efectivo se encuentra escondido en diferentes lugares.
La indagatoria policial estableció que los miembros de la banda poseen residencias en la Región del Biobío, en el sector sur de Santiago y comunas como Recoleta y Quilicura.
El capitán del Departamento OS-9 de Carabineros, Marcos Jiménez, aseguró que la policía uniformada "cuenta con una serie de elementos logísticos, a través del Laboratorio de Criminalística, que están orientados a detectar las ubicaciones y referencias de dónde está el dinero".
Para ello, la institución cuenta con equipos de geólogos que trabajan en detectar lugares donde se realizó "la remoción de tierra recientemente".
El oficial agregó que "Carabineros ha trabajado con esa técnica anteriormente y, por lo tanto, existe la posibilidad de que este caso no quede ajeno y se inicie la búsqueda del dinero que haya sido enterrado", detalló Jiménez.
Junto con detectar el dinero sustraído por la banda delictual, la policía realiza esta diligencia para obtener nuevas evidencias que permitan identificar y confirmar la participación de los sospechosos en el mayor robo de la historia delictual chilena.
Fuentes de la indagatoria señalaron que solamente las personas de mayor confianza, y familiares directos, tendrían el conocimiento del lugar en que los asaltantes enterraron su parte del botín. Una de las tesis que se maneja es que el efectivo estaría bajo tierra, en unos verdaderos búnkers que mantengan los billetes alejados de la humedad.
Armamento "arrendado"
Otra de las aristas que investiga el fiscal Emiliano Arias es que los ejecutores del atraco habrían arrendado los fusiles a otros delincuentes. Por esto, los policías se encuentran indagando qué agrupaciones están dedicadas a este particular "rubro" y así determinar si les pagaron con parte del botín.
Ayer, en tanto, la fiscalía formalizó a Mario Vásquez Aguirre, quinto detenido del caso y la persona sindicada de haber sido el hombre que condujo el vehículo utilitario Peugeot Boxer, que trasladó a los asaltantes al interior del aeropuerto.
Según el fiscal Arias, luego que los delincuentes cargaron el vehículo con los $ 6 mil millones, cuyo peso se estableció en 300 kilos, Vásquez condujo a toda velocidad para salir de la terminal aérea. En este recorrido atravesó la pista de aterrizaje, justo cuando un avión transitaba en la vía.
Por estos hechos, el Ministerio Público presentó cargos contra Vásquez por el delito de robo con intimidación e infracción al Código Aeronáutico y quedó en prisión preventiva.
Para la fiscalía, una de las principales pruebas obtenidas contra este imputado es un retrato hablado que realizó una de las víctimas que fue encañonada por los delincuentes. Esta persona declaró que se encontraba cerca del dinero, cuando de improviso un vehículo utilitario realizó una fuerte maniobra que estuvo cerca de atropellarlo.
El testigo dijo que miró fijamente al conductor para increparlo, cuando de improviso descendieron del vehículo cinco encapuchados y redujeron a los presentes. Gracias a que pudo observarlo por unos segundos, se elaboró el retrato hablado.