Casinos de juego, casas de cambio, hipódromos, armerías y hasta locales donde se venden aeronaves. Estos son algunos de los lugares a los que ha recurrido el OS-9 de Carabineros en busca de los $ 6.000 millones que fueron sustraídos en el robo del siglo, ocurrido la mañana del 12 de agosto en el aeropuerto internacional de Santiago.

Este es el atraco, en la historia de Chile, en el que se ha logrado el mayor botín. Ese día, un grupo de delincuentes  redujo a los funcionarios de la empresa Brink's y sustrajo bolsas de color blanco que contenían el dinero.

La indagación de la Fiscalía Occidente y el OS-9 de Carabineros ha logrado la detención de seis de los presuntos autores. Otros tres se encuentran prófugos. Respecto del dinero, se han recuperado sólo $ 60 millones, es decir, el 1% del total sustraído.

En las primeras semanas transcurridas tras el atraco, uno de los focos de la investigación fue, según quedó como constancia en un informe del OS-9, "obtener información de sujetos que han concurrido a realizar altas transacciones de dinero o compras, las que pudiesen estar relacionadas con el delito investigado".

Este escrito señala 10 lugares claves que serían objeto de investigación. En primer lugar están los casinos de juegos y, en segundo, las casas de cambio. Respecto de estos dos sitios, los carabineros solicitaron a la Unidad de Análisis Financieros todos los movimientos realizados por sobre los US$ 3.000. Asimismo, los carabineros acudieron a 31 lugares donde se realizaban los intercambios de remesas, en busca de sospechosos.

Un tercer lugar en que la Fiscalía Occidente indagó para buscar rastros del dinero fueron los hipódromos. De esta forma, se enviaron oficios al Club Hípico, al Hipódromo Chile y al Stud Book, que lleva el registro de los caballos finasangre que se comercian en el país.

Respecto de las apuestas, los policías recibieron la respuesta de que "las apuestas hípicas son al portador, por lo que el cobro del boleto o el hecho mismo de efectuar la apuesta no requiere conocer la identidad de quien la realiza". Así consta en uno de los informes policiales.

Para conocer transacciones de caballos de carrera, en tanto, los policías tuvieron que indagar en las casas de remate del rubro.

Durante la investigación, los carabineros buscaron los registros en las armerías e incluso se hicieron gestiones con la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante, para chequear si existían compras de embarcaciones sospechosas.

Los policías, además, se comunicaron con el abogado Juan Acuña, conservador del registro de aeronaves, quien les indicó que tras el atraco 21 personas compraron aviones.

Los intentos de la fiscalía incluso fueron más allá y trataron de pesquisar con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) si los autores del atraco compraron animales exóticos.

Otros de los oficios emanados por el Ministerio Público se enfocaron en rastrear movimientos sospechosos en el Conservador de Bienes Raíces, así como en los registros de la Dirección General de Aguas. Las mismas pesquisas se repitieron en las automotoras.

Pese a todos los esfuerzos y rastreos, las pistas más concretas se hallaron en Upeo, una pequeña localidad en la VII Región. Ahí, un testigo vio a Francisco Morales Silva (prófugo por el asalto) en septiembre, trabajando durante la noche para ocultar unos objetos. Todo indica que, al menos durante un tiempo, ese fue el escondite del dinero.