A por lo menos un año de ser lanzado al mercado, el Indego, de 12 kilogramos, es el más liviano de los robots impulsados para personas con discapacidades. Se arma con piezas que caben en una mochila.

Hace once años Michael Gore, de 42 años,  quedó paralizado de la cintura para abajo debido a un accidente de trabajo. Gracias al robot portátil se puede parar de la silla de ruedas y caminar por la habitación, informa AP.

Los inventos pueden ser llamados "robot usables", "piernas electrónicas" o "exoesqueletos impulsados". El de Michael, llamado Indego, es uno entre varios productos en competencia que se usan y se prueban en hospitales de rehabilitación en Estados Unidos. No solamente son promisorios para personas como Gore, con lesiones espinales, sino también para quienes se recuperan de ataques de apoplejí­a o padecen esclerosis múltiple o parálisis cerebral.

Cuando se inclina hacia adelante, el artefacto da un primer paso. Cuando se ladea de un costado a otro, camina. Cuando Gore desea detenerse, se echa hacia atrás y las abrazaderas del robot se detienen. Gore usa muletas para mantener el equilibrio. Una baterí­a en la cadera alimenta los motores en las piernas robot.

Compañías en California, Nueva Zelanda e Israel fabrican productos de este tipo. El Indego fue inventado en la Universidad Vanderbilt en Nashville y puesto a prueba en el Centro Shepherd, un hospital de rehabilitación en Atlanta.