Han pasado dos años desde que Rodrigo Avilés quedara en coma tras ser alcanzado por el chorro del carro lanzaagua de Carabineros, en una marcha del 21 de mayo. En conversación con La Tercera, asegura que no siente que su vida haya cambiado, aunque a veces sus cercanos le dicen que sí. Cuenta que estuvo un año en la clínica, que pasó por cinco operaciones cerebrales, que está en tratamiento por epilepsia y que hoy marchará, en el marco de la última cuenta pública de Miche-lle Bachelet. Tras cada pregunta, el joven recién egresado de Letras de la Universidad Católica guarda silencio antes de contestar. Calla por 30 segundos, por un minuto, por dos. Escribe en su cuaderno, se para, vuelve. Está listo para responder.

¿Cómo recuerda el momento en que el carro lanzaagua lo atacó?

Lo recuerdo muy rápido y fragmentado.

¿Qué pasó?

Estábamos marchando, habíamos avanzado unas tres cuadras desde el punto de partida y llegó Carabineros, Fuerzas Especiales, y tuvimos que retroceder. Como siempre, salieron todos sus dispositivos, 'guanaco', 'zorrillo', etc., y frente a eso se retrocedió. Y en eso estábamos todos cuando ocurrió...

¿No hay ninguna justificación?

No, ninguna.

¿Cómo fue su recuperación?

Bueno, fue difícil... Hubo momentos sorpresivos, cosas que nadie vive. El tema físico, la motricidad fina, el caminar, el equilibrio, la fuerza. Esas fueron las cosas más complejas. Por ejemplo, una vez estaba en una sesión tratando de recuperar el equilibrio y era muy difícil. Le pregunté al kinesiólogo cómo era el equilibrio, cómo se lograba, cuál era la técnica. En el fondo, yo quería saber qué tenía que hacer. Y la respuesta fue muy desalentadora: 'El equilibrio está en todo', me dijo. Yo quería que me dijera pon el pie así, la mano acá, qué sé yo, pistas concretas. Pero con esa respuesta sólo pensé que no me ayudaba.

¿Perdió sus habilidades básicas? ¿La escritura, por ejemplo?

Nunca olvidé escribir. Es raro, pero manejaba bien el lápiz, bien la escritura, podía leer. Fueron otros mis desafíos: volver a caminar bien, subir escaleras, dominar el equilibrio, sujetar cosas pesadas. Estuve un año internado en terapia. Sentí que volví muy rápido a la universidad. No me costó, volví con otro ritmo, ahora estoy más tranquilo. Partí con el seminario de investigación en diciembre, lo último que me quedaba en la universidad, y me tomé todo el verano para trabajar en eso. Y lo terminé.

¿Cuándo se dio cuenta de que se había convertido en un ícono de las movilizaciones?

No sé. Quizás en los momentos en que la gente me decía cosas. La gente me entregó mucho cariño. Me ayudaron a repasar un poco lo que había sucedido cuando estaba en coma o en recuperación.

¿Recuerda cómo se sentía cuando despertó del coma?

No, nada.

¿Cuándo empieza a tener de nuevo recuerdos nítidos?

No lo tengo claro.

¿Hubo un acercamiento de Carabineros para brindar ayuda?

No hay acercamiento y el juicio sigue. Se amplió la querella a los altos mandos, al señor (Bruno) Villalobos, que por estos días se ve involucrado en el caso de fraude.

¿Cómo ve que actúa ahora Carabineros en las marchas?

Carabineros sigue actuando con violencia en las manifestaciones. La violencia con que actúa Carabineros en las marchas es un crimen, porque una de las definiciones de crimen es la acción voluntaria de matar o herir gravemente a alguien. Y cuando arrojan el carro lanzaagua directo en la cara de alguien , es para herir. Tienen que mejorar los protocolos de intervención de marchas, pero incluso Carabineros debería reformularse como institución.

¿Ha vuelto a marchar?

Sí, varias veces.

¿Lo hará mañana (hoy) en la cuenta pública?

Sí, marcharé. Es importante esta marcha. La idea es demostrar fuerza y malestar ante el gobierno.

¿Siente miedo cuando ve a carabineros en las marchas?

No, miedo no. Sí siento rabia y preocupación, porque es inseguro manifestarse, para la familia o cualquier persona que quiera ir a una marcha, por todo lo que históricamente ha pasado, pero es un derecho. Es responsabilidad de Carabineros que la manifestación sea segura, para que la gente no tenga ningún problema en salir de la casa a marchar. Es un derecho, y frente a eso Carabineros como institución no hace nada y el Estado de Chile, tampoco. Vemos a una policía militarizada heredada de la dictadura y que actúa con mucha violencia.

Hay un sector que defiende el actuar de Carabineros y que dice que resguardan al resto de la violencia en las marchas...

Bueno, hay formas de actuar en función de lo que pasa. Se podría intervenir las marchas de otra manera, sin poner en riesgo vidas.

¿Está completamente recuperado o está en algún tratamiento?

Estoy en tratamiento por la epilepsia, buscando la dosis correcta en la cual se alcance el equilibrio.

¿Cambió mucho su vida tras la marcha de hace dos años?

No sé. Es complejo. Puede ser que yo aún no sienta o no vea el cambio. Pero sí mis cercanos, por ejemplo, mi madre dice que ve otra silueta de mí.

¿Qué le gustaría hacer ahora, en la Unión Nacional Estudiantil (UNE) o profesionalmente?

Estoy egresado de la UNE, porque ya no soy estudiante. Me gustaría ayudar a la UNE desde afuera, hacer trabajo político-social. Además, me gustaría hacer investigación en artes y humanidades.