El esquiador náutico Rodrigo Miranda (35) es uno de los referentes de su disciplina. De hecho, es el actual número cuatro del mundo en salto, por lo que es uno de los deportistas chilenos con más medallas en los Juegos Mundiales, luego de ganar el oro en el overall, en Taiwán 2009, y preseas de plata en las finales de salto de Duisburg 2005 y Cali 2013.

En su cuarta participación, buscará estirar su magnífica racha en Breslavia, Polonia, donde se desarrollará una nueva versión del certamen, que es considerado como los Juegos Olímpicos de los deportes no olímpicos y donde Chile ha consumado grandiosas actuaciones.

Toti proviene de una familia que ha sentado las bases de esta disciplina en el país. Él y su hermano han sido los principales exponentes, con títulos mundiales juveniles y adultos y destacadas en eventos del ciclo olímpico, como los Juegos Panamericanos y los Sudamericanos. En esta ocasión, Miranda será el único representante masculino, mientras que la joven promesa Valentina González lo hará en la rama femenina.

¿Cómo se ha preparado para estos Juegos?

Llevo un buen tiempo preparándome en Estados Unidos. Últimamente no hemos tenido campeonatos para dedicarnos a entrenar la técnica, pero el segundo semestre vienen muchos campeonatos. He estado agarrando ritmo de competencia, agarrando buenos saltos, que es el evento que voy a hacer allá. Y con ganas de volver a los World Games, mis cuartos Juegos. Ya he tenido tres medallas: uno lo gané y en los otros terminé segundo. Tengo ganas de volver a competir y buscar el podio. El primer objetivo es pasar a las finales y luego tratar de ir por una medalla.

¿Qué le parece el nivel de la competencia que encontrará en Polonia?

Van todos los buenos a la competencia. Lamentablemente no va el campeón y récord mundial, Ryan Dodd. Y cuando no está, la competencia pierde un poco de peso. Pero es un campeonato que es cada cuatro años. Por ende, uno tiene menos posibilidades de rendir. Los mundiales son cada dos y las fechas del circuito son cinco, seis o siete al año. Los competidores son los mismos. Generalmente uno tiene dos o tres Juegos Mundiales para poder rendir y después ya no hay más. Así que son menos las posibilidades. Y siempre es lindo representar a Chile y poder darle un triunfo.

Igualmente no deja de ser un evento de gran nivel.

Es un torneo muy importante, tengo ganas de repetir un podio. Como decía, me hubiera gustado que estuviera el campeón mundial, porque le daba más power al evento. Pero igualmente es un certamen de gran nivel y ojalá poder ir a rendir. Porque uno en cuatro años más nunca sabe dónde va a estar...

Hace muchos se lucha para que el esquí náutico sea olímpico. ¿Qué cree que falta para que se pueda conseguir ese objetivo?

El problema más grande del esquí es el motor de la lancha. En los Juegos Olímpicos creo que no hay ningún deporte en el que influya el motor, siendo que todos competimos con la misma lancha. Que haya un motor o un chofer, y por más que esté todo controlado por satélite y tecnología, es un punto en contra y por eso se ha ido modernizando el esquí, para que cada día haya menos posibilidades de que un tercero influya en el resultado. Pero bueno, ojalá algún día lleguemos, porque es un deporte que le puede dar muchas alegrías a Chile. Por suerte están los Juegos Panamericanos y los Odesur, donde sí hemos rendido. También para nosotros es muy importante representar a Chile y codearse con los demás deportistas chilenos, a los que uno no tiene la opción de conocer en los demás torneos.

Luego de su participación en los Juegos Mundiales, ¿cuál es su planificación?

De ahí se viene una seguidilla de campeonatos del circuito mundial. El mismo fin de semana siguiente, en Londres, luego en Canadá, Estados Unidos y terminamos con el Mundial en Francia. Todo lo que se entrenó está listo y ahora toca ir a soltarse en la competencia. Así que esperemos que todo salga bien y darle una medalla a Chile y disfrutar con los demás deportistas de la delegación allá.