Todo el mundo se sabe de memoria el itinerario de Roger Federer en Cincinnati: afilar su tenis, levantar el trofeo de campeón e irse de la ciudad rebosando confianza para el Abierto de Estados Unidos.
Este Masters 1000 muy bien podría cambiar su nombre a la Copa Federer. El suizo conquistó el domingo su sexto título en Cincinnati, una cifra sin precedente. Sobreponiéndose a a un mal set, Federer continuó con una foja perfecta en finales de este certamen, al imponerse 6-3, 1-6, 6-2 al español David Ferrer.
Federer ganado las seis finales que ha disputado en el torneo. La más reciente llegó ante un rival al que ha avasallado durante su carrera. ¿Cómo esto se repite una y otra vez?
"No tengo idea alguna", dijo Federer. "Disfruto pasar el tiempo acá". Federer mejoró a una foja de 16-0 contra Ferrer, que sólo le ha ganado cinco sets al suizo en la historia.
La victoria puso fin a una mala racha de Federer, quien se coronó en un torneo de la serie Masters luego de perder sus últimas cuatro finales. La semana pasada, cayó ante el francés Jo-Wilfried Tsonga en el Masters de Toronto.
"Me he llevado a casa los trofeos pequeños", dijo Federer, en referencia a que sólo había sido segundo lugar recientemente. "Me alegro por conseguir el grande ahora".
La tarea de Federer se facilitó al no encontrarse con dos de sus principales adversarios. Rafael Nadal no se presentó por una lesión en la muñeca, en tanto que Novak Djokovic fue eliminado en su segundo partido.
Pero Federer no afloja en las pistas rápidas de Cincinnati. "Me voy muy complacido con la semana. Fue de buena a fabulosa", dijo el suizo. "Mi nivel está en el punto que quiero".