A las 21.30 en punto y con un público que pasó los últimos minutos de espera haciendo "la ola" y recibiendo instrucciones sobre el uso de flash en las fotos, partió el primero de los dos shows de la gira The Wall Live de Roger Waters en Chile.

Fue con In the flesh, acompañada de fuegos artificiales, que el ex líder y bajista de Pink Floyd dio inicio al espectacular concierto.

Ya con Another brick in the wall part 1 y The happiest days of our lives, el público se mostraba entregado ante el show, pero fue con Another brick in the wall part 2, en que un grupo de niños chilenos subió al escenario para enrostrarle el clásico "we don't need no education/teachers leave the kids alone" a un enorme títere de un profesor, cuando la gente gritó cada parte del coro de la canción. Tras el emblemático tema, interpretó la canción dedicada a Jean Charles de Menezes, estrenada en vivo en su segundo show en Berlín en junio pasado.

Recién en ese momento, Waters dijo: "Gracias, buenas noches Chile. Primero (quiero) felicitar a los niños de Santiago con un gran aplauso. Quiero dedicar este show a la memoria de Víctor Jara y a todos los otros desaparecidos del régimen militar, los recordaremos".

Tras eso, explicó que cantaría Mother acompañado de audio y video de un show en Earls Court de Londres en 1980, tema que estuvo cargado de mensajes políticos en las frases proyectadas en el muro, al que mientras se desarrolla el show se le van agregando ladrillos, comenzando a tapar tanto al escenario como a la banda de modo perfectamente coordinado con las proyecciones.

Durante Good bye blue sky, el músico arremetió contra diferentes religiones y marcas, y luego se vieron imágenes de la cinta protagonizada por Bob Geldof.

Hacia Don't leave me now vuelve a aparecer una marioneta, esta vez de una mujer, y durante Another brick in the wall part 3 y The last few bricks, el muro, ya prácticamente completo, se hace esencial para la proyección de imágenes. Con la breve Goodbye cruel world, Waters deja el escenario para el intermedio.

Cinco minutos antes de las 11 de la noche -y con Hey you con la banda absolutamente tapada por el muro- terminó el intermedio.

Tras Is there anybody out there, el muro tomó un nuevo protagonismo con Waters instalado en una especie de living empotrado en la estructura, mientras cantaba Nobody home.

Vera y Bring the boys back home fueron particularmente emotivas por sus alusiones a la guerra y a los desprotegidos -con cita de Eisenhower incluida-, pero Comfortably numb fue la que se convirtió en un karaoke masivo, que tuvo al guitarrista Dave Kilminster como protagonista al tocar sobre el muro que mostraba imágenes que asemejaban al 3D.

Para el reencuentro con In the flesh ya se veía al clásico animal volante, esta vez un jabalí cubierto de consignas, al tiempo que el muro y las banderas que flameaban sobre él y al lado de los músicos que ya estaban adelante del escenario, hacían referencias tanto al nazismo como al totalitarismo de la URSS.

Tras eso, el músico gritó un 'Thank you' y un 'Gracias' que se vio proyectado en el muro antes de las frases: "¿Hay algún paranoico en el estadio esta noche? Esto es para ti", que dieron inicio a una muy aplaudida Run like hell.

A pesar de todo lo ya mostrado, tanto Waiting for the forms, Stop y The trial siguieron sorprendiendo con sus visuales, pero fue la caída del muro lo que desató la total euforia total.

Al terminar el show, con la acústica Outside the wall, Waters aprovechó el momento para presentar a sus músicos, decir que está a favor de la causa de los estudiantes chilenos y las demandas de Aysén, además de agradecer al público presente asegurando un tanto emocionado su presencia en el show.