Ayer las estrellas de la pequeña pantalla estadounidense desfilaron un año más por la alfombra roja del Teatro Nokia de Los Ángeles para asistir a la gran fiesta de la televisión: la entrega de los premios Emmy.
"¡Grandiosa!" exclamaba un maquillador top frente al traje rojo furioso Versace con tajo, escote hasta al ombligo, espalda al aire y adorno de lentjuelas de Blake Lively, la actriz de Gossip girl (en canal Warner), la más sexy y mejor vestida de la gala.
Drew Barrymore le siguió con el estilo contrario: una pollera de princesa en tono palo rosa de la modista Raven Kauffman.
Y la top model Heidi Klum a punto de tener a su cuarto hijo mostró su embarazo en un modelo ceñido y con cola de alta costura de Marchesa, la casa de modas que publicitaba la chilena Carola Parsons.
También besos y recuerdos hubo en el evento que este año celebró su 61ª edición. Porque cuando la estadounidense Jessica Lange recibió el galardón como Mejor Actriz, Miniserie o Película para Televisión por su trabajo en Grey gardens, no dudó en besar en los labios a Alec Baldwin, quien le hizo entrega del premio.
Uno de los momentos más emocionantes de la velada -según la prensa local- lo protagonizó Kristin Chenoweth al ganar el Emmy a la Mejor Actriz de Comedia por Pushing Daisies.
Chenoweth, visiblemente nerviosa, agradeció el galardón entre lágrimas: "Gracias a la Academia por premiar a una serie que ya no está en antena" afirmó la intérprete.
Pero fueron los homenajes a estrellas como Michael Jackson, Patrick Swayze, Farrah Fawcett, Paul Newman y Natasha Richardson -todos fallecidos en el último año- los que marcaron la gala que una vez más anunció como grandes vencedores a la comedia 30 Rock y al drama Mad Men.