Con un tenso episodio partió ayer la primera reunión de directiva que la mesa gremialista realizó tras las renuncias de su presidente, Ernesto Silva y uno de los afectados por el caso Penta, el senador Iván Moreira.
Según relatan quienes supieron del contenido de la conversación, ocurrida en el comedor principal de la casona de calle Suecia, el vicepresidente del colectivo y alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, tomó la palabra para plantear su postura frente al rumbo que, a su juicio, el partido debiera emprender.
Luego de que en su discurso de salida Silva apuntara a que dirigentes "han cuestionado y afectado" la unidad del partido, el edil explicó sus diferencias con Silva en torno al rol del ex senador Jovino Novoa en la crisis.
Según explican testigos, el vicepresidente planteó la inviabilidad de promocionar un comité de crisis del partido integrado por Novoa, quien está imputado en el caso.
Si bien el presidente interino, Javier Macaya, descartó que ese comité esté constituido formalmente, según explican conocedores de la discusión, De la Maza resintió que una instancia integrada por Novoa se haya presentado como un hecho político institucional del colectivo.
El debate derivó de inmediato hacia una situación de fondo que ha marcado la tensión interna de los últimos meses: el rol de Novoa en la estrategia comunicacional adoptada por la directiva para enfrentar la crisis por el caso Penta.
Según relatan, algunos integrantes de la mesa plantearon que la directiva es una instancia independiente de cualquier figura influyente. "Yo soy vicepresidente de la UDI, no de una persona", habría señalado uno de los asistentes.
Del mismo modo, en el almuerzo -al que asistieron también el prosecretario Pablo Terrazas, la tesorera Loreto Seguel y los vicepresidentes José Antonio Kast y Gustavo Hasbún- se habló de la necesidad de conservar la unidad.
Sin embargo, se abordó de qué manera buscar la unidad: en torno al partido como institución o preservando lealtades a los imputados en el caso Penta.
Se definió entonces consagrar a esta directiva como una instancia de transición, y que no tomaría decisiones resolutivas.
En ese sentido, será el consejo general programado para el 10 de abril próximo el lugar donde cada militante, dirigente o parlamentario podrá hacer uso de sus derechos partidarios para debatir respecto de cómo la UDI deberá enfrentar lo que viene.
Hay quienes esperan que el partido aplique una sanción a los militantes involucrados en la investigación judicial.
Nueva presidencia
En la comisión política del próximo lunes, el partido deberá ratificar a Macaya como presidente interino. Y luego, en el consejo general, nombrar a una nueva mesa directiva.
Pese a que el liderazgo de la nueva generación quedó en entredicho luego de las críticas al manejo de crisis por parte Silva, algunos sectores esperan levantar la continuidad del hasta ayer secretario general Macaya.
Sin embargo, asoma con fuerza la opción del consenso. Y en ese sentido, el senador Juan Antonio Coloma y el diputado Patricio Melero, promocionaron una opción intermedia, que tenga, como señaló Coloma, "experiencia y juventud".
Entre las cualidades del nuevo presidente, se habla también de una dificultad económica, puesto que el sucesor de Silva deberá tener la capacidad de generar recursos para mantener a la UDI. De hecho -explican en reserva-, Silva habría incluso puesto fondos "de su bolsillo" para enfrentar la crisis económica por la que atraviesa la colectividad.