Los dos requerimientos de Chile Vamos que buscan declarar inconstitucional el proyecto que despenaliza el aborto en tres causales podría ser uno de los últimos casos que tenga que votar Carlos Carmona en su calidad de presidente del Tribunal Constitucional.
Y es que el 28 de agosto, por un acuerdo de los magistrados, la presidencia del organismo la asumirá Iván Aróstica -miembro designado por Sebastián Piñera cuando era Presidente-, quien tiene una postura calificada como "conservadora".
Quien asuma la titularidad del organismo no es un tema menor, ya que, según establece la ley, es el presidente quien decide en caso de empate, y hoy, por la composición del tribunal, lo más probable es que el requerimiento de la oposición tendría que ser dirimido por el propio Carmona. Por eso, desde el oficialismo resintieron que la Cámara rechazara el jueves 20 una norma del proyecto modificada por el Senado, hecho que forzó que éste pasara a comisión mixta y, por ende, se aplazara su revisión en el tribunal.
Según un estudio de Observatorio Judicial realizado con información del sitio web del Tribunal Constitucional, Carmona ha utilizado el voto dirimente en más ocasiones que todos sus antecesores juntos.
Desde que asumió en 2014, el actual presidente del organismo tuvo que zanjar el empate de los jueces en 21 sentencias. Por ejemplo, Marisol Peña, quien lo antecedió y hoy forma parte de los magistrados, solo dirimió en tres ocasiones. Y Raúl Bertelsen, presidente entre 2011 y 2013, usó esta facultad en solo cuatro oportunidades (ver infografía).
"El voto dirimente, previsto por la ley, no es la solución ideal. Lo mejor sería que hubiese mayorías claras para resolver problemas de constitucionalidad", dice el director ejecutivo del Observatorio Judicial, José Miguel Aldunate.
El mismo informe argumenta que la cantidad de votos dirimentes realizados por Carmona responde al aumento del número total de sentencias bajo su periodo, la composición del tribunal y el rol del propio presidente en la búsqueda de mayorías. El estudio -con todo- recomienda modificar algunas de las normas del tribunal. Por ejemplo, que establezca un número impar para la composición de sus miembros y "un sistema de suplencia que garantice la configuración de mayorías claras en el pleno". Además, en el informe se hace hincapié en la "cultura institucional" del organismo, para que "sus miembros tomen conciencia de la relevancia que reviste la configuración de mayorías claras en la toma de decisiones relevantes".