Rafael Nadal arribó hoy a Francia en la antesala de una nueva edición de Roland Garros, que ya está juega su etapa clasificatoria. Después de unos días de descanso, el actual número uno del mundo retoma sus actividades en la recta final antes del segundo Grand Slam del año, que en esta ocasión promete una lucha cargada de emociones.
Claro, porque el español no solo tendrá que defender el título del torneo francés, sino que también deberá resguardar su posición de privilegio en el ranking ATP. ¿La principal amenaza? El viejo conocido Novak Djokovic, el mismo que hace una semana frenó su alza sostenida en arcilla y se quedó con el título del Masters 1000 de Roma.
En la actual clasificación, el español aventaja por 650 puntos a su par serbio y deberá defender dos mil puntos como ganador de la pasada edición del torneo, mientras que "Nole" hará lo propio con 720 tras alcanzar las semifinales en 2013.
Las combinaciones son múltiples. Evidentemente, Nadal mantendrá la primera posición si conquista la arcilla parisina. Pero en caso de llegar a la final y perderla, deberá esperar por que el serbio no esté al frente ni alcance las semifinales. Y si cayera en la ronda de los cuatro mejores, necesitaría que "Djoker" ni siquiera superara la segunda ronda.
Y también hay lugar para una combinación que podría decantar en un hecho histórico. En la opción más intríncada de todas, si Nadal pierde en semifinales y Djokovic cae derrotado en tercera ronda se daría un empate histórico en el número uno mundial a 11.220 puntos, lo que no ha sucedido jamás en lo más alto del ranking ATP.
A tener en cuenta: La apretada disputa en el tope de la clasificación le ofrece una oportunidad única a Djokovic de asaltar la corona precisamente en uno de los escenarios estelares del tenis. Nadal tiene la palabra.