En una calle alpina oculta entre los bancos privados de Ginebra y las propiedades sobre el lago de sus nerviosos depositantes suizos, Jean-Noel Bioul se palmea ligeramente la muñeca y ofrece a sus clientes lo último en protección de lujo para tiempos económicos peligrosos.

El producto cuesta unos US$7.000 y entre los inversionistas actuales figuran el guitarrista Eric Clapton y el actor Daniel Craig. Fue desarrollado en 1956 con la ayuda de físicos de la vecina Organización Europea de Investigación Nuclear, el emplazamiento del Colisionador Hardon del CERN. El artículo pesa 157 gramos y cuenta con la garantía de decir correctamente la hora durante incidentes termonucleares que liberan hasta 1.000 Gauss de densidad de campos magnéticos.

"El Milgauss es un modelo que viene con un rayo como segunda manecilla", dice Bioul, de 57 años, director de auspicios internacionales de Group Rolex, el fabricante de relojes con sede en Ginebra. Es el único fabricante de piezas de relojería que también puede facilitar una fotografía improvisada de Pablo Picasso con un bonete de guerra de indio estadounidense en la cabeza y un Rolex Oyster Perpetual Chronometer en la muñeca.

Los fabricantes de relojes de lujo son especialistas en pergeñar campañas de marketing para explicar por qué su marca puede capear cualquier tormenta y seguir funcionando. No obstante, Rolex, una empresa de un grupo reducido de accionistas, no revela sus detalles financieros, mucho menos dice cómo fue que un GMT-Master -sujeto a la muñeca del Che Guevara en 1956- zarpó rumbo a Cuba con Fidel Castro a bordo del yate Granma y fue utilizado para cronometrar las actividades guerrilleras. Los selectos poseedores de Rolex desempeñan sin embargo un papel clave en la estrategia de marca de clase característica de la empresa.

BANCO SUIZO
"Tenemos fama de funcionar como un banco suizo", se ríe Bioul en un patio en el Rolex Trophy-Challenge Tour del Club de Golf de Ginebra, un evento anual desde 1991. "Eso está cambiando, lentamente".

Rolex fabrica anualmente 700.000 relojes, dice Bioul. Los mercados en crecimiento de China e India ayudaron a proteger a la empresa contra la sobrevaluación del franco suizo frente al euro durante la crisis de divisas de este verano, dice. Un informe de Goldman Sachs Group Inc. de agosto recortó los pronósticos de crecimiento suizo para el año próximo desde 2% hasta 0,6%. El 7 de septiembre, el Banco Nacional Suizo decidió poner un tope al tipo del franco para proteger el comercio.

"Todavía nos va bien en Europa y Norteamérica, pese a una economía global que es difícil", dice Bioul, que se incorporó a Rolex en 1993 después de colaborar en la administración de la empresa de marketing deportivo International Management Group de Mark McCormack en Londres. "Rolex nunca se vio presionada por el tiempo, pero nos enorgullecemos de poder cambiar con los tiempos para garantizar el crecimiento de una manera digna".

DIGNIDAD DE LA MARCA
A los personajes de estas historias que capturan la imaginación de Rolex se los llama "Testimonio", un término que se refiere a individuos u organizaciones (como la estrella del tenis Roger Federer, el tenor Plácido Domingo y el Royal Ancient Golf Club of St. Andrews) convocados para protagonizar contractualmente campañas publicitarias.

Lo primero que hace Bioul cuando detecta a alguien que lleva un Rolex es pedirle que cuente la historia del reloj.

"Cada propietario de un Rolex tiene una historia personalmente apasionada para contar sobre su reloj y todo el que use Rolex es considerado de inmediato un inversor y un integrante de la familia Rolex", dice Bioul. "Son nuestros representantes y queremos conocerlos".

Los Testimonios reciben en general un contrato a tres años valuado en unos 35.000 francos suizos (US$39.600) y relojes Rolex por valor de 30.000 francos suizos durante el tiempo del acuerdo, según un ex Testimonio que pidió mantener su anonimato debido a que las partes de la negociación prometieron mantener los detalles en secreto.

Si bien los primeros Testimonios oficiales de Rolex fueron los ases del deporte de los años 1960 Arnold Palmer, Jackie Stewart y Jean-Claude Killy, Bioul dice que Wilsdorf inició el programa en 1927, cuando pidió a Mercedes Gleize que usara un Rolex para cruzar a nado el Canal de la Mancha y demostrar a un público escéptico que el estuche Oyster era resistente y a prueba de agua.

"Ese fue el comienzo del Testimonio", dice Bioul, que en la actualidad maneja una lista de 120 Testimonios en categorías que incluyen, golf, navegación, tenis, equitación, exploración, carreras de autos, arte y un equipo de buzos de ocho hombres y mujeres que el año pasado exploraron la vida en aguas a 50 grados bajo cero bajo el Polo Norte usando los relojes Sea-Dweller DEEPSEA.