Al menos, tres zonas de compras de Río de Janeiro y Sao Paulo cerraron sus puertas el fin de semana, debido al "rolezinho" (paseíto), un nuevo fenómeno juvenil, que consiste en encuentros multitudinarios en centros comerciales coordinados a través de internet y que tiene desconcertado a Brasil. ¿Grito de los (casi) excluidos? ¿"Flash mob" de la periferia? ¿Repique de las jornadas de protesta de junio? ¿Marcha de desprecio por la cultura democrática? ¿O meramente "un paseo"?, se pregunta el periodista del diario O Estado de Sao Paulo Ivan Marsiglia, reproduciendo las dudas de la sociedad. Estas interrogantes reflejan la perplejidad ante el flamante movimiento, que hizo que este fin de semana los lujosos centros comerciales Leblon y Rio Design Leblon, de Río de Janeiro, y JK Iguatemi, en Sao Paulo, cerraran sus puertas.
El primero de estos hechos, en los que jóvenes de la periferia se reúnen para "desordenar", "coquetear" y "besuquearse" -según sus propias palabras-, fue realizado el 7 de diciembre, cuando cerca de 6.000 jóvenes "invadieron" el shopping Metro Itaquera, en Sao Paulo, "cantando, gritando y bailando", según afirmó la gerencia del establecimiento. Aunque no se registraron delitos, sí hubo correrías, especialmente porque alguien hizo correr el rumor de que se trataba de robos masivos que suelen ocurrir en playas o restaurantes de lujo, lo que generó pánico entre los clientes y llevó a varios comercios a cerrar sus puertas.
Tras varios encuentros similares, el 11 de enero, la policía militarizada reprimió con balas de goma y gas pimienta a los cerca de 1.000 adolescentes que participaron de un evento realizado en el centro de compras Itaquera, en Sao Paulo.
La represión acabó ocasionando más disturbios que el propio "rolezinho". Además, generó que el fenómeno cobrara más fuerza, se expandiera a paseos de compras de Río de Janeiro y obtuviera el apoyo de otros movimientos sociales, como los "Sin Techo" y grupos estudiantiles.
Los "rolezinhos" hicieron que la asociación de comerciantes de Sao Paulo solicitara a las autoridades que policías uniformados se encargaran de la seguridad dentro de los centros comerciales, lo cual no fue aceptado. Asimismo, algunos establecimientos obtuvieron en la justicia medidas cautelares para prohibir los "rolezinhos", lo que les permitió impedir la entrada de menores de edad que no estuvieran acompañados por un mayor.
Protagonizado por jóvenes de las periferias de las grandes metrópolis, el movimiento suele tener como "música de fondo" el funk. El impulsor del "rolezinho" en el shopping Internacional de Guarulhos, Jefferson Luís, de 20 años, considera que más que estar asociado a la "cultura funk", el movimiento está vinculado a la falta de opciones para los momentos de ocio.
Al igual que todos los que fueron apuntados como organizadores de los encuentros, el joven pasó a ser investigado por la policía, por sospecha de "hurto, incitación al delito, asociación para delinquir y perturbación del trabajo o del sosiego ajeno". Según el profesor de la U. Federal de Sao Paulo, Alexandre Barbosa, especialista en el estudio de tribus urbanas, se trata de "jóvenes pobres que están reivindicando el derecho de frecuentar un espacio de encuentro, de diversión al que antes no tenían acceso".