Rolls-Royce Holdings Plc, la compañía más conocida por equipar aviones desde el Concorde hasta el superjumbo de Airbus, trabaja en una moderna embarcación a vela previendo que la exigencia de reducir emisiones elevará el costo del combustible derivado del petróleo, hecho que se transforma en el preludio de una nueva era de navegación a vela.
Los barcos de carga experimentarán un cambio de diseño y adoptarán cascos más ligeros y sistemas de propulsión híbridos, estima Rolls- Royce.
En ese sentido, la firma está contribuyendo en el desarrollo de una embarcación con una vela de 55 metros, motores a biometano y capacidad para transportar 4.500 toneladas.
"Estamos ante el comienzo de una transición", dijo el vicepresidente de innovación de la División Marina de Rolls-Royce, Oskar Levander.
Además, el ejecutivo pronosticó un desplazamiento a combustibles alternativos como el éter de dimetilo y el gas natural líquido, así como un "viento tecnológico".
Están alentando a este cambio, los límites de azufre establecidos por la Organización Marítima Internacional (IMO, por la sigla en inglés), que ya han llevado a los propietarios de barcos a pasar a grados más limpios y caros.
Según Diane Gilpin, líder del proyecto de B9 Shipping de Larne, socio de Rolls-Royce, los diseños más chicos y los innovadores sistemas de propulsión podrían compensar con creces el costo adicional a través de un probable aumento de la eficiencia de 55%.
Los planes de modelos híbridos se remontan a una era de energía eólica que terminó hace más de 150 años, cuando los barcos a vapor terminaron por suplantar a las embarcaciones a vela que habían dominado el transporte de carga durante miles de años, desde el antiguo Egipto y aun antes.
Idoneidad estadounidense
El barco de B9 tendrá 100 metros de largo y su principal fuente de alimentación será una vela que se manejará a partir de una torre automatizada.
Antes de iniciarse la construcción, se perfeccionará el proyecto con la participación del diseñador de yates de carrera de la Copa de los Estados Unidos, Rob Humphreys.
Rolls-Royce, cuyas acciones han subido 30% este año debido a las mayores ventas de motores para aviones, proporcionará una planta de energía de reserva basada en su modelo Bergen, que puede quemar metano producido a partir de desechos municipales con otra división de B9 Energy Group.
La vela y el motor también podrían utilizarse juntos con el fin de obtener una eficiencia óptima.
Alrededor del 90% de la flota de carga del mundo funciona en la actualidad con combustibles derivados del petróleo, que si bien son relativamente baratos –unos US$600 por tonelada-, se cuentan también entre las más pesados y sucias de las destilaciones del crudo, dado que tienen un 3,5% de contenido de azufre, que contribuye a unas 84.000 muertes por año en todo el mundo por emisiones marinas, según un estudio de 2007 dirigido por el rofesor de la Facultad de Políticas y Ciencias Marinas de la Universidad de Delaware, James Corbett.