Francisco está en Chile. Desde este lunes, a las 19.14 horas, cuando su avión se posó en Pudahuel y comenzó el vertiginoso recorrido pontificio por el aeropuerto, la Costanera Norte, San Pablo, la Parroquia San Luis Beltrán, la Alameda y la Nunciatura Apostólica. Con la Presidenta Michelle Bachelet dándole la bienvenida en la losa de la terminal aérea y el cardenal Ricardo Ezzati acompañando sus pasos. Fueron 89 minutos a velocidad crucero. Con gente apoyada en las vallas papales. Banderas. Familias en los balcones. Apareció el fervor religioso, sin grandes tumultos ni desbordes.

El Chile católico lo esperó en la calle.

"Finalmente, el Papa nos regaló 30 minutos de adelanto y nos contagió con su alegría, al acercarse a los niños y enfermos frente a la Nunciatura. Las primeras horas nos confirmaron que esta visita trae alegría, esperanza y preocupación por los más pobres", comentó anoche Javier Peralta, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional para la Visita.

El lunes 19 de junio del año pasado, a las 11 horas, en la sede de la Conferencia Episcopal, el nuncio apostólico, Ivo Scapolo, confirmaba la visita. Fue exactamente hace 211 días, casi siete meses. Y desde entonces comenzó a trabajar la "maquinaria papal" de la Iglesia y del gobierno, preparando el camino para que Francisco por fin pisara suelo chileno, casi 31 años después de que Juan Pablo II, en 1987, visitó siete ciudades en seis días.

Ahora, las giras papales son más breves. Francisco estará tres días en tres urbes: Santiago, Temuco e Iquique. Y generará un movimiento que los organizadores han estimado en cerca de 1,2 millones de fieles, sin contar a quienes lo seguirán por televisión, internet, radio y redes sociales.

"¿Qué visita del Papa no es compleja? Todas sus visitas son complejas, porque se mete en áreas de la sociedad donde aún tenemos muchos dolores que no hemos sido capaces de resolver. Esa incomodidad la genera en otros países y, obviamente, que en Chile y en Perú también", manifestó a CNN Benito Baranda, facilitador del Estado para la visita.

La referencia del laico, el hombre nexo entre la Iglesia y el gobierno, fue tras la pregunta por algunos temas polémicos que surgieron en estos meses previos a la visita, y que se posicionaron dentro del debate nacional. Entre ellos, el mismo costo de la gira (cerca de $ 11 mil millones), la supuesta crisis de la Iglesia Católica y el de los abusos por parte de religiosos. Una investigación de La Tercera, por ejemplo, dio a conocer que existen 80 casos de denuncias contra clérigos en el país, mientras que la organización Bishop Accountability identificó 78.

Sin embargo, y en paralelo a aspectos controversiales, muchos sectores de la sociedad cimentaron la visita a punta de misas, carteles, videos, encuentros, retiros y eventos artístico-culturales. Fieles de todas partes del país se desplazaron para ver y escuchar el mensaje del Papa, que entre sus temas tendrá a la juventud, los migrantes, los pueblos autóctonos, los privados de libertad y el cuidado del medioambiente como ejes centrales.

El Papa ya está en Chile. Este martes parte en La Moneda. La historia se comenzó a escribir. Y a reescribir.