Tras ser elegido para presidir la próxima ceremonia de los Premios César, el cineasta Roman Polanski renunció a su puesto.
Esto debido a las presiones que experimentó tanto él como los llamados "Oscar franceses", por seleccionar a un hombre que mantiene problemas legales con Estados Unidos por un juicio de abuso sexual del que huyó.
Los reclamos más importantes fuero realizados por el colectivo francés Osez le feminisme!, quienes fueron tajantes: "¿No había otra persona con una prestigiosa carrera cinematográfica para presidir esta ceremonia?", se preguntó la organización, llamando a un boicot por el caso de Samantha Geimer, a quien el realizador abusó en 1977.
Debido a eso, las miembros del colectivo hicieron un llamado a protestar frente a la Sala Pleyel de París, donde se llevará a cabo la entrega de premios el próximo 24 de febrero, rechazando la decisión de la academia gala por ser una "burla indigna" a las víctimas de violaciones y agresiones sexuales, explicó diario El Mundo.
"El caso de Roman Polanski dice mucho sobre la tolerancia social que aún hoy existe sobre la cuestión de la violación en Francia. (...) Algunos discutirán que Roman Polanski es un gran cineasta y que hay que saber diferenciar. Nosotras respondemos que la calidad de su filmografía cuenta poco frente a la abyección del crimen que ha cometido, su fuga y su rechazo a asumir responsabilidades", declaró la organización en un comunicado.
Al mismo tiempo, la ministra de Familia, Infancia y Derechos de la Mujer de ese país, Laurence Rossignol, dijo estar sorprendida por la elección realizada por los miembros que entregan los premios. "Para los organizadores no parece ser gran cosa que Roman Polanski esté siendo perseguido por EE.UU. y haya cometido una violación a una niña de 13 años", fueron sus declaraciones.
El cineasta franco-polaco, famoso por películas como Chinatown y El pianista, fue acusado de drogar y violar a una adolescente de 13 años en Los Ángeles (Estados Unidos) en 1977, cuando él tenía 43 años. Y aunque el realizador reconoció el crimen, pasando 42 días encarcelado, huyó del país mientras estaba en libertad condicional, antes de ser juzgado. Desde entonces, Polanski es perseguido por la justicia norteamericana.