En su rol de diputado federal brasileño, Romario, realizó una visita a once de las doce sedes del Mundial Brasil 2014, y luego de revisar los avances señaló que "apenas cuatro o cinco estadios estarán listos en un ciento por ciento para la Copa de las Confederaciones del próximo año si las obras continúan al actual ritmo". Y de cara a la Copa del Mundo, el ex delantero tampoco tiene buenas expectativas, expresando que "no más de nueve o 10 estadios (de un total de 12) estarán listos para el Mundial de 2014, y solo seis o siete concluidos en un ciento por ciento. Intentaremos organizar un gran evento, pero, por lo que vi, estamos atrasados".

La sede que faltó por visitar a la comisión de la que forma parte Romario es Sao Paulo, y el ex Barcelona dijo que el próximo noviembre estarán en dicha ciudad para realizar la revisión correspondiente de un estadio que empezó a ser construido hace un par de meses. "El balance por ahora no es muy positivo", afirmó.

Para el actual diputado el atraso y conflicto no es solo en el tema estadios. "Tendremos problemas de movilidad urbana en once de las doce sedes", señaló, demostrando su preocupación al referirse al atraso en las obras de construcción de sistemas de metro, circuitos exclusivos de autobuses y nuevas autopistas.

Para Romario, la única ciudad que puede decir que se salvó de las críticas es Río de Janeiro, la cual tiene un gran avance gracias a los Panamericanos 2007 y los avances para los Juegos Olímpicos de 2016, eventos que han ayudado a que esté más cerca de los avances necesarios para el 2014, aunque igualmente tiene detalles por mejorar. "Río de Janeiro tendrá problemas en los aeropuertos como todas las demás sedes", aseguró "O Baixinho".

Otra crítica del campeón del mundo pasa por las exigencias que dispone la FIFA para la Copa, como la venta de bebidas alcohólicas en los estadios, prohibición de descuentos para ancianos o estudiantes. "Quiero ver si Estados Unidos renunció a algo para organizar el Mundial de 1994. Apuesto que el 80 por ciento de esas exigencias no pasaron por allá", postuló, agregando que "el gran problema es que, si prohíben el alcohol, muchos beberán antes del partido e ingresarán borrachos al estadio, lo que será un problema mayor".

Finalmente el ex artillero expresó que "Brasil tiene que colocarse en su lugar y exigir el respeto a su soberanía. La presidenta Dilma (Rousseff) tiene que decir que quien manda en el país es el gobierno brasileño".