Mitt Romney (65) afronta esta noche una prueba clave en su carrera por la Casa Blanca cuando se dirija a la Convención Nacional Republicana, una oportunidad para convencer a millones de estadounidenses de que puede forjar un renacimiento de la economía y ser un mejor líder que el Presidente Barack Obama.
Será la mayor audiencia televisiva para Romney a la fecha, puesto que buena parte de la nación lo estará escuchando y los votantes tendrán por primera vez la oportunidad de observar de manera extensa al ex gobernador de Massachusetts, que en el 2008 buscó sin éxito la nominación republicana.
Romney, que a menudo parece demasiado rígido, encara el desafío de hacer sentir a los estadounidenses lo más cómodos posibles con él. Tiene una enorme tarea por delante luego del categórico "ustedes pueden confiar en Mitt" emitido por su esposa, Ann, el martes por la noche, un discurso que ha sido visto ampliamente como uno de los más significativos jamás ofrecidos por una aspirante a primera dama.
Romney recibió un fuerte homenaje anoche por parte de su compañero de fórmula en la campaña presidencial, el congresista de Wisconsin Paul Ryan, quien con su discurso generó el mayor entusiasmo visto hasta ahora en la convención. "Luego de cuatro años de evasivas, Estados Unidos necesita salir adelante y el hombre para este trabajo es el gobernador Mitt Romney", sostuvo Ryan.
En la descripción de los demócratas, Romney es un líder empresarial despiadado, un elitista millonario, evasor de impuestos y un político de ideas cambiantes que no merece contar con las llaves de la Casa Blanca.
Pese a los ataques, Romney está empatado con Obama en los sondeos de una contienda demasiado estrecha como para emitir pronósticos. Un sondeo de Reuters e Ipsos publicado ayer indicó que ambos hombres se encuentran codo a codo con un 43% de intención de voto.
Pero Obama tiene ventajas sobre Romney en simpatía, una característica importante que podría enmascarar otros problemas que enfrentan los demócratas en su intento por persuadir a los votantes para que les den otros cuatro años en el poder.
El senador de Arizona John McCain, el nominado republicano en la carrera del 2008 que perdió ante Obama, dijo que Romney necesitaba cumplir con dos retos: el primero, convencer a los estadounidenses para "que crean y confíen en él" y el segundo, darles la seguridad de que "tiene un plan concreto para poner a la economía de vuelta en el camino correcto". "Tenemos que reducir las desventajas y muchos estadounidenses lo estarán viendo por primera vez", dijo McCain a Reuters.
LARGO CAMINO
El gran discurso de Romney es la culminación de un largo camino. Tras perder la nominación en el 2008, planificó su regreso al escenario político. Este año fue puesto a prueba una y otra vez por una serie de aspirantes conservadores desde Newt Gingrich a Rick Santorum. Los venció a todos.
Romney tiene algunas ventajas inherentes en su contienda contra Obama. Supera a los demócratas en donaciones de campaña y la debilidad de la economía estadounidense, con un persistente desempleo del 8,3 por ciento, le ofrece un argumento letal para instar al cambio.
De todas formas, hasta ahora está lejos de lograr su objetivo.
No está claro si sus propuestas para recortar impuestos y desrregular las industrias generarán crecimiento y permitirán que los dólares de los contribuyentes fluyan hacia el Tesoro para que pague por los costosos programas sociales del Gobierno, como el plan de salud Medicare para adultos mayores.
El discurso de Romney en Tampa le brindará la oportunidad de contrarrestar una serie de anuncios televisivos negativos.
Los delegados republicanos en la convención recomendaron a Romney que sea espontáneo en el discurso, que hable sobre su pasado como empresario y organizador olímpico y que ofrezca una mirada alentadora del futuro.
El senador de Nueva York Mike Nozzolio afirmó que Romney debía explicar a los votantes en una forma comprensible que es "competente, directo, centrado y que puede entregar a la gente un mensaje directo mientras estén en la mesa de la cocina".
"El será el invitado de millones de estadounidenses en sus salas de estar y esta es una maravillosa oportunidad para que la gente entienda lo que él sabe y a dónde nos quiere llevar", comentó Nozzolio.