El legislador estadounidense Ron Paul, último rival de Mitt Romney en la carrera por la investidura republicana para las elecciones presidenciales, anunció hoy que suspendía su campaña.

Paul dijo en un comunicado que "no gastaremos más recursos en campañas en primarias de estados que no han votado aún. Hacerlo con algún tipo de esperanza necesitaría decenas de millones de dólares que simplemente no tenemos", prefiriendo en lugar de eso acumular delegados de cara a la convención nacional del partido, aún cuando sus posibilidades de ganar son virtualmente nulas, apuntó AFP.

Paul, de perfil ultraliberal y congresista por Texas, era el único aspirante que permanecía en batalla, tras el abandono en las últimas semanas del exsenador por Pensilvania Rick Santorum y el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich.

No obstante, la competencia de Paul es poco más que simbólica, ya que no ha logrado ganar las primarias en ninguno de los estados en disputa con un discurso profundamente antimilitarista y contrario a la intervención del Estado, apunta Efe.

"Nuestra campaña continuará trabajando en el proceso de convenciones estatales. Seguiremos tomando posiciones de liderazgo, ganando delegados, y llevando un fuerte mensaje a la Convención Nacional Republicana de que la libertad es el camino del futuro", agregó.

Paul se encuentra en el cuarto lugar en delegados obtenidos de cara a la Convención Republicana de Florida en agosto, con 99, muy por debajo de los 945 de Romney.

Pese a la distancia y falta de apoyos, Paul ha reiterado en varias ocasiones que no tiene previsto ofrecer su apoyo a Romney, algo que sí han hecho los otros aspirantes republicanos, y que su intención es mantener al Partido Republicano en la senda libertaria.

Para obtener la nominación republicana, debe conseguirse el respaldo de 1.144 delegados.