El Real Madrid de Pellegrini no sólo no pudo derrotar a Osasuna el fin de semana pasado, sino que además Cristiano Ronaldo se llevó todos los insultos de los hinchas rivales: "Cristiano, muérete" o "Ese portugués, hijo puta es".
A pesar de las constantes afrentas y amenazas que recibe en todas las canchas que pisa, el jugador mejor pagado del mundo del mundo le resta importancia al asunto: "Por un oído me entra y por otro me sale", dijo.
Para Ronaldo, ser parte del plantel del Real Madrid tiene sus pros y sus contras porque todos los rivales esperan derrotarlos y hacerlos pasar un mal rato. Además, el hincha "merengue" es muy exigente.
"Eso tiene su parte buena y su parte mala. Cuando hacemos las cosas bien, nos lo aplauden mucho más, pero cuando no nos sale todo como queremos, sentimos más presión".
La presión sobre el delantero viene por partida doble: cuando juega en casa es presionado por los seguidores de su equipo y cuando abandona la localía tiene que soportar la ira de los aficionados rivales. Al "9" parece no importarle, a pesar de que incluso lo han molestado con lasers en los partidos con el Barcelona y Marsella.