La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, ordenó hoy la destitución o separación del cargo de todos los funcionarios públicos implicados en un nuevo escándalo de corrupción, entre ellos altos cargos como la jefe del Gabinete de la Presidencia en Sao Paulo, informaron fuentes oficiales.

La decisión de la mandataria fue confirmada en un comunicado de prensa un día después de que la Policía Federal realizara la llamada Operación "Porto Seguro" para arrestar a seis de 18 acusados de integrar la red de corrupción.

La operación tuvo como fin desmantelar una organización en la que supuestamente están implicados varios altos funcionarios del Estado, que tendría ramificaciones en un ministerio y siete órganos públicos y que se dedicaría a elaborar informes técnicos fraudulentos para favorecer a determinadas empresas privadas en contratos públicos.

Entre los 18 acusados de delitos como corrupción, falsificación de documentos y tráfico de influencias figura la jefa de Gabinete de la Presidencia en Sao Paulo, Rosemary Novoa de Noronha, así como directores de la Agencia Nacional de Aguas (ANA) y de la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac).

"Por determinación de la Presidencia, todos los funcionarios formalmente acusados en la Operación Porto Seguro serán separados de sus cargos o exonerados de todas sus funciones", según el comunicado divulgado por el palacio presidencial de Planalto.

Rousseff también determinó que todos los organismos citados en el proceso inicien investigaciones administrativas propias.

En cuanto a los directores de las agencias reguladoras acusados, la jefa de Estado determinó tanto su separación de los cargos como la apertura de procesos disciplinarios.

Novoa de Noronha fue nombrada como jefe del Gabinete de la Presidencia en Sao Paulo en 2003 por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva y Rousseff la mantuvo en el cargo cuando sustituyó a su mentor político en 2011.

La funcionaria, acusada de tráfico de influencias y corrupción, había sido secretaria del exministro de la Presidencia José Dirceu, durante muchos años la mano derecha de Lula y que este mes fue condenado a diez años y diez meses de cárcel en el mayor juicio por corrupción ya realizado en el país.