Tiene dos puntos de ventaja según los sondeos de las grandes encuestadoras. Pero el margen de error podría terminar revirtiéndose a favor de Dilma Rousseff. A una semana de la segunda vuelta en la que la presidenta brasileña se juega su reelección, el candidato de la oposición, Aécio Neves, podría haber llegado a su tope de apoyo, de acuerdo con analistas locales.

En la recta final de la campaña en Brasil, no sólo ha aumentado la temperatura de la contienda, con sendas peleas entre los dos aspirantes presidenciales, sino que también el actual escenario ha obligado a Rousseff a pasar a la ofensiva.

Por primera vez, la mandataria debió aceptar el domingo que hubo "desvíos" de recursos en medio del escándalo por corrupción en Petrobras. Sin embargo, Neves señaló que este reconocimiento llegó muy tarde.

Al mismo tiempo, en las últimas horas, Rousseff ha puesto en duda los logros de la gestión de Neves como gobernador del estado de Minas Gerais (2003-2010), a quien acusó de nepotismo. Entonces, Neves arremetió y el viernes logró el esperado encuentro con Marina Silva. Al día siguiente, la foto circuló por las redes sociales, pero no estaba claro si tuvo un real efecto, ya que la ex candidata ecologista salió muy dañada de la primera vuelta del 5 de octubre.

En un debate televisivo transmitido el jueves pasado, la presidenta también intentó mostrar a Neves como un playboy, más preocupado de las fiestas que de las necesidades de la gran mayoría de brasileños. Rousseff aludió a un incidente de 2011, cuando Neves se negó a someterse a un alcotest. El candidato opositor intentó defenderse, reconociendo el hecho. Además, dijo que lo lamentaba.

"HIJITOS DE PAPÁ"

El actual escenario ha revelado la profunda división de clases de la sociedad brasileña. Esto ha sido aprovechado por Dilma Rousseff, quien ha insistido en que el eventual retorno al poder del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) pondría fin a los programas sociales con los que el Partido de los Trabajadores (PT) sostiene haber sacado a nada menos que 40 millones de personas de la pobreza.

En medio de este agitado clima electoral, Luiz Inácio Lula da Silva ha debido entrar de lleno en la contienda para defender a su antigua ministra. En un acto en Belo Horizonte, el ex presidente petista calificó de "hijitos de papá" al PSDB.

A su vez, Neves ha denunciado el bajo crecimiento económico y el escándalo en Petrobras. Todas estas maniobras electorales han comenzado a mostrar sus primeros resultados.

Según las encuestas, el apoyo a Neves puede haber llegado a su nivel más alto. Pero, además, quienes lo desaprueban han aumentado en cuatro puntos. De acuerdo con Datafolha, el rechazo a Rousseff bajó un punto porcentual.

El PT aspira a ampliar su base de respaldo en su bastión tradicional: el noreste brasileño, donde más de la mitad es favorecido con los programas de gobierno.