La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, pidió que la ONU le de prioridad a las discusiones sobre la privacidad en internet tras el proyecto de resolución presentado conjuntamente el viernes por Brasil y Alemania en Naciones Unidas para frenar el espionaje electrónico.
"Consideramos que la privacidad en internet forma parte de los derechos humanos y su defensa tiene que recibir un tratamiento prioritario en las discusiones de la ONU", afirmó la mandataria en un mensaje publicado en su cuenta en Twitter.
La jefe de Estado se refirió específicamente al proyecto de resolución que Brasil y Alemania propusieron el viernes en la ONU para que los Estados miembros pongan fin al espionaje a gran escala y respeten el derecho de la intimidad individual en la red.
La resolución pide que los Estados miembros adopten medidas para poner fin a la violación del derecho de la privacidad en internet; aprueben legislaciones que garanticen el cumplimiento del derecho humanitario internacional y revisen sus actuales prácticas sobre la vigilancia de las comunicaciones y la recolección de datos personales.
La propuesta fue presentada tras la divulgación en los últimos meses de documentos filtrados por el exanalista de la CIA Edward Snowden y que indican que Estados Unidos habría espiado las comunicaciones personales tanto de la presidenta brasileña como de la canciller alemana, Angela Merkel.
"El derecho a la privacidad no puede ser sometido a injerencias arbitrarias, como muestran las denuncias de espionaje en países como Brasil y Alemania", aseguró Rousseff en su mensaje en Twitter.
La mandataria brasileña propuso hace dos semana que la ONU adopte un marco civil internacional para proteger la privacidad de los usuarios en internet.
Según la gobernante, la ONU tiene que garantizar la protección de los datos en internet "para impedir que cualquier acción de combate al terrorismo sea usada como disculpa para una guerra cibernética".
Rousseff ha alegado que la propuesta antes aislada de Brasil ganó el respaldo de varios líderes mundiales tras la divulgación de documentos que muestran que el espionaje electrónico también se extendió a países como Alemania, Francia, España e Italia.
La presidenta brasileña postergó una visita de Estado que tenía programada para octubre a Estados Unidos tras la revelación que sus comunicaciones y correos electrónicos fueron interceptados, así como los de empresas como la petrolera Petrobras.
El Gobierno calificó el espionaje como "una violación" de la soberanía del país y "una falta de respeto" que no puede justificarse en la lucha contra el terrorismo, y dice aún esperar una explicación satisfactoria de Estados Unidos.