Licenciada en Biología y Doctora en Ciencias y, por ahora, rectora de la recién creada Universidad de Aysén. Roxana Pey, se dio a conocer el año pasado luego de que la Presidenta Michelle Bachelet la nombrara como la primera rectora de un plantel estatal. Desde septiembre del año pasado, la académica se ha dedicado a levantar el proyecto encomendado por la propia Mandataria en una de las dos regiones que carecían de un plantel estatal. Esto, sin embargo, podría cambiar en pocos días, si es que la Contraloría acepta el decreto enviado por el Gobierno que la destituye de su cargo. El miércoles, la ministra de Educación, Adriana Delpiano, le solicitó la renuncia a Pey. Sin embargo, ella no la aceptó, y dice que se mantendrá en el cargo hasta ser destituida. A horas de viajar a la XI Región para retomar sus labores, la rectora conversó con La Tercera sobre la situación que la transformó en el personaje de la semana.
¿Cómo recibió la petición de renuncia? ¿Hubo alguna señal que le anunciara este desenlace?
Fue extremadamente sorpresivo, porque no había ninguna señal de una cosa como ésta. Al contrario, habíamos recibido manifestaciones de parte del ministerio de mucha satisfacción por cómo iba funcionando el proyecto.
En los argumentos, el Mineduc señala que había problemas con los estatutos. ¿Se le mencionó antes?
Sobre el tema de los estatutos, luego de entregarlos, pasó bastante tiempo en que no tuvimos noticias. Desde la universidad hicimos varias consultas para que nos informaran qué les parecían. Finalmente, fuimos convocados por el abogado y el jefe de educación superior y se nos entregó, por primera vez, un reporte con observaciones. Acogimos algunos elementos, en otros hicimos ver que no se habían entendido o que ya estaban resueltos. Luego mandamos un informe donde dijimos que hicimos tales cambios y nunca más nos dijeron algo, hasta ahora. En su carta, la ministra me hace ver que el estatuto propuesto no está alineado con la propuesta de reforma.
¿Qué más le dijo la ministra en la reunión del miércoles?
Me pidió la renuncia de entrada a su oficina y luego me manifestó, en primer lugar, que hay molestia porque estoy desalineada con el gobierno. Desconozco la trama previa, porque evidentemente es una decisión que no tomó ella. No sé quiénes están involucrados.
¿Cuáles eran los otros argumentos?
Además de no estar alineada, me dijo que había molestia porque he hecho ver la falta de recursos. No estaba exigiendo más, sino lo que estaba comprometido en la ley, dinero que no se está entregando. Luego, dijo que he dicho por la prensa que aspiro a que esta universidad sea gratuita y el último punto tiene que ver con que estábamos trabajando con el Cruch formas de flexibilizar el sistema de acceso. No de salirnos de él, sino que de hacerlo más adecuado a la región.
¿Cree que haber ideado una gratuidad en Aysén fue un problema para el gobierno, siendo que la reforma no logra eso?
Si es que eso es un problema es muy significativo, porque el gobierno ha señalado que su deseo es que haya gratuidad universal, es parte de su plan y no lo han podido hacer por no disponibilidad de recursos. Por otro lado ha comprometido un monto de recursos bastante básico para instalar esta universidad. Hemos dicho que con esos recursos podríamos no cobrar arancel, y eso es algo que debería alegrar al Gobierno, porque es coherente con lo que ha propuesto. Entonces, uno piensa que tiene que haber algo distinto, que tal vez se dice que se aspira a eso, pero en realidad se aspira a mantener mecanismos de mercado. Quizás no hay voluntad o no hay fuerza para desmantelarlo. El que este plantel se hubiera podido instalar en esos términos, habría sido tal vez peligroso contra la sustentabilidad del modelo de mercado. Me siento muy alineada con el gobierno, con esa línea de planteamientos de terminar con la educación de mercado. Entonces, si se considera que estar en esa postura es estar desalineada, quiere decir que el gobierno tiene otra postura que no ha explicitado.
¿Qué le parece la forma en la que se llevó todo?
Es una forma de trabajo extraña. Este es un proyecto delicado y difícil. Hemos estado permanentemente pidiendo reuniones con el ministerio. El segundo día en que asumió la nueva jefa de la Divesup, Alejandra Contreras, tuvimos reunión junto con el intendente de la región para manifestar todos los aspectos que estaban pendientes. Ella tomó nota, pero desde ese momento hasta ahora no volvió a tener contacto con nosotros. Me parece que esto es una torpeza, fue mal ejecutado también. Hay una responsabilidad del ministerio de no haber atendido este proyecto.
¿Qué pasa con usted y con el plantel?
Yo estoy en mis funciones y no haré abandono de ellas hasta que me destituyan. El ministro del Interior ha comunicado que ya presentó en Contraloría el decreto de remoción. Ahí tienen que haberse explayado en los motivos fundados y la Contraloría tendrá que revisar los antecedentes. Estamos a la espera de esa notificación. Y esta es una universidad que va dirigida a constituirse con buena calidad, con posibilidad de funcionamiento. Hemos buscado los mecanismos e identificado los problemas. Estamos preparados para recibir a los estudiantes el 2017. Sin embargo, esto produce un cambio de curso en un momento inadecuado. A pocos meses de empezar, falta resolver muchas cosas y esto produce un paréntesis inoportuno y difícil de sortear.
¿Espera que la Contraloría le dé la razón?
No confío en nada. Me imagino que la Contraloría hará su trabajo y si determina que las razones son fundadas, me van a remover del cargo y yo dejaré de ser rectora en ese minuto. Mientras eso no pase, seguiré siendo la rectora de la universidad, haciendo las gestiones que me corresponden.
El principal argumento del Mineduc para pedirle la renuncia es que su gestión ponía en riesgo la viabilidad del proyecto…
No sé a qué se refiere el término viabilidad. Me parece sorprendente que se diga que hay riesgo en la viabilidad y que no se haya hecho ninguna advertencia previa. Más bien ha primado el punto más general, que no he estado alineada. Yo firmé la carta que enviaron todos los rectores de las universidades estatales de postura distante de la reforma, especialmente porque se mantiene el Crédito con Aval del Estado (CAE).
¿Por qué entonces le pasa esto a usted? ¿Quizás fue la más crítica?
Soy la rectora de una universidad nueva, no he sido elegida por los académicos. Me piden la renuncia porque existe esa atribución. La Presidenta puede destituirme hasta el 6 de agosto. Sin embargo, no es un cargo de confianza, porque no es un cargo de gobierno. Este es un proyecto que me ha pedido que haga y soy rectora hasta el día que me remuevan. Pero para esa remoción, la Presidenta tiene que tener motivos fundados. Estar desalineada con una propuesta de gobierno no es un motivo fundado. Si hubieran podido, le habrían solicitado la renuncia a algún otro rector, pero no hay atribuciones para hacerlo, porque molestia hay con todos los rectores de los planteles estatales.
Usted dice que su cargo no es de confianza del gobierno, pero de todas formas la Presidenta depositó confianza en usted. ¿No cree que se puede haber sentido traicionada por sus críticas?
Podría ser así, pero esa es una pérdida de sentido de lo que es una universidad estatal y de lo que significa ser rector. Esto atenta contra la autonomía universitaria que no tiene que ver con la forma de nombramiento de su rector o con la antigüedad de la institución. Nos hemos acostumbrado a que en vez de universidades, algunas son empresas y en las empresas priman las decisiones del dueño. Justamente ese es el meollo del conflicto, que una verdadera universidad no puede ser entendida en esos términos. Por eso he decidido no renunciar. Cuando asumí este cargo, lo hice entendiendo todo ese trasfondo conceptual. No estoy en un cargo cualquiera, esto es algo que hay que cuidar, por más que la ministra se lo haya tomado tan a la ligera, yo no lo puedo permitir. Esto no es una lucha, esto es un asunto básico conceptual y creo que atenta contra la autonomía.
¿Cree que con esto el Gobierno está enviando una señal de alerta a los demás rectores?
Si tiene esa intención habría que preguntárselo a ellos. Se me dijo que tendría que estar más alineada, ahí hay algo. Si se quiere dar un ejemplo, ya eso escapa a mi entendimiento.
¿Qué gana usted con no renunciar y obligar a que la destituyan?
Exigir un respeto con la región y el proyecto. Si las razones que se han esgrimido son las verdaderas, eso querría decir que esperan que el próximo rector no pida más recursos, acepte un estatuto no participativo, que espere que los estudios no sean gratuitos y que sean financiados por las familias de la región, que no busque manera de hacer más inclusivo el plantel. No me imagino que un sucesor de mi cargo pueda plantarse a dirigir una institución de esa naturaleza. ¿Esperan tener un rector que no plantee estas cosas y que siga instrucciones precisas? El gobierno dejó una hoja de ruta con la que no sé qué académico podría involucrarse con esas reglas del juego.
¿Con qué sensación dejará su puesto si es que la Contraloría finalmente la remueve?
Es un sentimiento de pena, porque es un proyecto que requiere de energía y dedicación total. Esto es un golpe para todo el equipo que se ha dedicado al 100% y también para la región. Ha sido muy impactante la noticia y me da mucha pena, porque veo esto con preocupación.
¿Le sorprendió el apoyo que ha recibido? Y, conocido ese escenario, ¿se le pasa por la cabeza una carrera de elección popular?
En este momento yo soy rectora de la Universidad de Aysén hasta que me notifiquen que ya no. No tengo otros planes y no estoy usando esto para ninguna plataforma de otro tipo. Soy una persona que tiene posición y opinión. He estado en educación superior en esta demanda por una educación pública, profunda y al servicio de los jóvenes y del desarrollo del país -dos décadas por lo menos- y voy a seguir en esto.
¿Le gustaría hablar con la Presidenta?
Por supuesto. Este es un proyecto de ella y creo que es de toda lealtad y responsabilidad hacerle ver los errores que se han cometido. Si ella estimara y quiere hablar conmigo, y yo fuera útil para entregar mi visión de cómo han funcionado las cosas, en la perspectiva de que la persona que llegue a futuro lo haga mejor, quedo a disposición para hacer entrega de toda la información y mi apreciación de lo que pasó y lo que viene por delante, y las tareas que quedan de aquí a marzo y de marzo hacia adelante.
El Cruch le dio apoyo, pero no puso una oposición más fuerte a la decisión del gobierno...
El rector Aldo Valle habló y manifestó la postura del consejo de rechazo de la medida en términos de que atenta contra la autonomía de las universidades y contra el cargo de un rector de un plantel público. También dijo que no se conocen con suficiente profundidad y claridad los argumentos que gatillaron esta decisión, y entiendo que el rector está solicitando, a nombre del Cruch, más información a la ministra. Me parece que es muy sólida esa postura.