El hasta ahora vicepresidente primero del gobierno español y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se convirtió hoy en el candidato oficial del Partido Socialista (PSOE) a las próximas elecciones generales en España.
Desde hoy tiene ante sí una ardua tarea: dar la vuelta a unos sondeos que desde hace tiempo dan una holgada victoria al Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy.
Y en su primer discurso como candidato dejó claro que pretende hacerlo desde una izquierda que va más allá de la acción política que el gobierno socialista ha llevado a cabo en los últimos tiempos.
"En esta campaña electoral nada está escrito y nada está decidido de antemano", manifestó en un abarrotado Palacio de Congresos de Madrid, ante la plana mayor del PSOE, los miembros del gobierno con Zapatero a la cabeza y familiares, amigos y militantes que acudieron a su proclamación.
"Voy a trabajar hasta el límite de mi capacidad". Rubalcaba, de 59 años, apuntó a la banca. "Pronto, muy pronto, será el momento de pedir a las cajas y a los bancos que de sus beneficios den una parte para la creación de empleo", manifestó.
Propuso recuperar el impuesto de patrimonio para las clases altas, dijo que luchará contra los paraísos fiscales, se mostró a favor de una tasa europea sobre las transacciones financieras y de una agencia europea de "rating". Lanzó guiños al "movimiento de los indignados", se comprometió a llevar a cabo cambios políticos para profundizar la democracia, habló de políticas de igualdad y aseguró que evitará cualquier debilitamiento del sistema público de sanidad.
Un día después de anunciar su salida del Ejecutivo para centrarse en su candidatura, Rubalcaba fue hoy el gran protagonista del acto, celebrado poco después de que el comité federal del PSOE, el máximo órgano entre congresos, ratificara por la mañana su candidatura en un proceso de primarias en el que él ha sido el único aspirante a concurrir a unos comicios a los que Zapatero renunció a presentarse.
Zapatero ni siquiera habló y cedió toda la escena al que hasta ahora era su número dos en el gobierno. Ambos compartirán ahora las riendas del partido, ya que el jefe del Ejecutivo se mantendrá como secretario general de la formación hasta después de las elecciones.
Ex atleta, ex profesor, doctor en Ciencias Químicas, la carrera de Rubalcaba en el PSOE se extiende durante los últimos 37 años. No sólo ha ocupado varios cargos gubernamentales en los Ejecutivos de Zapatero, sino también en los de Felipe González, como él mismo recordó hoy "orgulloso".
Para la formación se ha convertido en la única baza que puede impedir una debacle en unos comicios previstos para marzo de 2012, pero sobre los que existen especulaciones sobre un posible adelanto. Y el ya candidato reconoció hoy que los socialistas tienen ahora que "convencer a muchos millones de españoles de que vuelvan a confiar" en ellos. Sobre todo después de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, en las que los socialistas perdieron casi todo su poder territorial, castigados por los ciudadanos por la gestión de una crisis económica de la que España no logra salir y que ha dejado casi cinco millones de desempleados, un 21 por ciento de la población activa.
Los objetivos de Rubalcaba son crear empleo, hacer de la economía española una "sana y competitiva", luchar por la "igualdad de oportunidades" y llevar a cabo "cambios en la política y la democracia". "Tenemos que ser ambiciosos en nuestras aspiraciones y realistas en nuestras propuestas", dijo. "No podemos prometer aquello que no podemos cumplir", señaló, y se comprometió a actuar bajo esta máxima. Defendió "más democracia, más política, más Europa". Y llamó a mirar hacia delante: "Tenemos que recuperar el prestigio del futuro desde nuestros principios", dijo.