Según la agencia de noticias rusa Tass, la Corte Suprema prohibió la actividad de los testigos de Jehová en el país, catalogándolos como una organización religiosa "extremista".
Además, ordenó secuestrar sus bienes a favor del Estado.
La Corte habría recogido este pedido por parte del ministerio de Justicia, quien considera que dicha religión representa "una amenaza para los derechos de la gente, el orden público y la seguridad pública".
Luego darse a conocer esta prohibición, la organización religiosa anunció que impugnará el fallo.
Un responsable ruso de los testigos de Jehová, Iaroslav Sivulski, dijo que "no pensaba que algo así podría suceder en la Rusia moderna, donde la Constitución garantiza la libertad de religión".
Esta organización cuenta con 395 centros en todo el país.