El gobierno ruso anunció hoy la creación de una comisión gubernamental para coordinar el apoyo a las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, que viven una difícil situación humanitaria.
Según la disposición del primer ministro, Dmitri Medvedev, formarán parte de la comisión los viceministros de 15 de los ministerios del gobierno ruso. Se trata de la primera vez que Rusia eleva al plano oficial su controvertida ayuda a Donetsk y Lugansk.
Bajo la supervisión del Ministerio para el Desarrollo Económico, la comisión coordinará la ayuda para las zonas separatistas, así como la reconstrucción de las mismas. Según las informaciones, en la comisión no hay ningún representante del Ministerio de Defensa ruso.
Rusia advirtió en varias ocasiones que el bloqueo económico y financiero del gobierno ucraniano a la zona de Donbás provocaría una catástrofe. Muchas de las infraestructuras de la zona están destruidas y defensores de los derechos humanos alertaron del hambre, la falta de calefacción y de agua que se vive en la zona.
A la región ucraniana se espera que llegue hoy el décimo convoy de ayuda rusa, según informó el Ministerio de Protección Civil de Moscú. Los 170 vehículos que lo componen llevan 1.400 toneladas de agyuda humanitaria. El gobierno de Kiev considera que la entrada de los vehículos rusos sin su permiso son supone una violación de su soberanía.
En tanto, el presidente ucraniano, Petro Poroschenko, y la canciller alemana, Angela Merkel, mostraron su confianza en que pronto se celebren nuevas conversaciones de paz para el este de Ucrania. La clave para lograr nuevos avances en la resolución del conflicto es que se produzcan cuanto antes un encuentro del grupo de contacto, afirmó la noche del sábado el gobierno de Kiev tras una conversación telefónica entre ambos líderes.
Poroshenko había abogado previamente por la celebración de nuevas negociaciones hoy en la capital bielorrusa, Minsk, aunque finalmente no se logró un acuerdo al respecto.
Los separatistas prorrusos del este acusaron el sábado al gobierno de Kiev de estar bloqueando las conversaciones. Según medios locales, el líder separatista Alexander Sajarchenko acusó a Kiev de aprovechar el alto el fuego actual para obtener nuevas armas de Estados Unidos y prepararse para una guerra.