El Kremlin desmintió hoy informaciones suministradas por "el primer ministro" de la República popular de Donetsk autoproclamada, Alexandre Zajartchenko, según las cuales Rusia ha suministrado equipos militares a los separatistas prorrusos.
"Lo hemos repetido varias veces, no suministramos ningún equipo militar allá", declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en la radio Govorit Moskva.
Peskov no hizo mención a la afirmación de los insurgentes ucranianos de que habían recibido tropas entrenadas "en territorio ruso".
El autoproclamado jefe de la República Popular de Donetsk dijo en un encuentro de insurgentes que sus unidades habían sido reforzadas con 1.200 soldados "que han recibido entrenamiento durante cuatro meses en territorio Ruso", según un vídeo publicado en YouTube.
Zajartchenko añadió que Rusia también había enviado en secreto 30 tanques y 120 equipos militares a través de puestos fronterizos bajo control de los insurgentes.
Este anuncio parecía confirmar las reiteradas acusaciones de Kiev y de sus aliados occidentales de que Putin estaría proporcionando apoyo ilícito a los separatistas del este de Ucrania para mantener el país desestabilizado y obstaculizar su viraje pro-Europeo.
Las milicias han sufrido una serie de reveses que hacen temer que no duren mucho tiempo sin la ayuda urgente de Rusia.
Los ministros de Asuntos Exteriores de Rusia y Ucrania tienen previsto reunirse en Berlín este domingo para tratar la escalada de la tensión, en un encuentro al que también asistirán sus homólogos de Francia y Alemania.
CONVOY HUMANITARIO LLEGA A LA FRONTERA
Los primeros 16 de los 262 camiones rusos cargados con ayuda humanitaria para la población civil del este de Ucrania llegaron hoy al paso fronterizo entre los dos países tras ser inspeccionados por personal de la Cruz Roja, que ha asumido la jurisdicción de la carga.
"Han llegado a la frontera 16 (camiones) Kamaz. Han parado fuera del puesto de control. No hay representantes de la Cruz Roja. Estamos negociando", escribió en su Facebook el jefe del Servicio de Aduanas ucraniano, Anatoli Makárenko.
Poco antes, el Comité Internacional de la Cruz Roja informó en su sitio oficial en Twitter que "representantes de los guardafronteras y aduanas de Rusia y Ucrania han acordado la inspección del primer grupo de camiones con la ayuda humanitaria".
No obstante, y a pesar de que todos los detalles parecían cerrados después de que Kiev y la Cruz Roja reconocieran esta madrugada la carga rusa como ayuda humanitaria, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa ucraniano, Andréi Lisenko, volvió a sembrar la confusión en su comparecencia ante la prensa.
"Los guardafronteras y personal de Aduanas no han recibido aún la documentación para certificar la carga humanitaria", dijo Lisenko.
Tras varios días de tira y afloja entre Kiev, Moscú y la Cruz Roja, la organización internacional revisó hoy la carga de algunos de los 262 camiones rusos con 1.900 toneladas de alimentos, medicinas, sacos de dormir y generadores eléctricos a bordo.
En cualquier caso, no hay fecha para la entrada del convoy ruso en Ucrania, entre otras cosas porque Kiev, que mantiene una cruenta lucha contra los prorrusos en el territorio por el que deberá cruzar la ayuda humanitaria hasta llegar a Lugansk, no ha garantizado todavía la seguridad del convoy a la Cruz Roja.
Será esta organización la responsable de transportar, gestionar y repartir la carga humanitaria rusa entre los habitantes de Lugansk, al borde de la catástrofe humanitaria, ya que carece de agua y luz desde hace dos semanas y ha sido abandonada por la mitad de su casi medio millón de habitantes.
Los camiones rusos, en cada uno de los cuales deberá ir al menos un miembro de la Cruz Roja, por exigencia expresa de Kiev, cruzarán a Ucrania por el paso fronterizo ucraniano "Izvárino", en manos de los separatistas prorrusos al igual que buena parte de toda la ruta que separa la frontera del destino final de la carga.
El acuerdo entre Moscú y Kiev sobre la ayuda humanitaria rusa para Lugansk y la reunión entre los ministros de Exteriores de Rusia, Ucrania, Alemania y Francia que se celebra hoy en Berlín no han contribuido a rebajar la tensión entre los dos países vecinos.