Tal como lo había anticipado, Rusia sondeó ayer a varios países de América Latina en busca de mercados alternativos de compra de los productos agroalimentarios, materias primas y alimentos que prohibió importar desde la Unión Europea y Estados Unidos, en respuesta a las sanciones económicas de esos países. Así, el director del Servicio ruso de Inspección Agrícola y Ganadera (Siag), Sergei Dankvert, se reunió ayer con los embajadores de Chile, Ecuador, Argentina y Uruguay, en Moscú, y tiene previsto hacer lo mismo con representantes de Brasil.

El embajador chileno Juan Eduardo Eguiguren aseguró a la agencia Efe, que el país puede incrementar notablemente las exportaciones de carne de cerdo y pollo, además de las más tradicionales de pescados, verduras y frutas. "En particular, los suministros de pescado, que el año pasado se situaron en 53.000 toneladas, pueden crecer dos o tres veces, y los de mariscos pueden alcanzar entre 15.000 y 20.000 toneladas frente a unas 3.000 el año pasado", indicó el Siag en un comunicado.

Dankvert señaló que los diplomáticos acordaron con él que le presentarán una lista de empresas interesadas en incrementar sus envíos a Rusia.

"La situación es de doble filo. Por un lado, en términos económicos, es una oportunidad. Porque son mercados enormes. Chile está viviendo una desaceleración producto de su dependencia de las exportaciones de cobre a China, que se está desacelerando. Podría ser una oportunidad de abrirse hacia otros mercados, porque Rusia tiene 150 millones de habitantes. Eso sí, es importante tratar de no perder el mercado cuando se levanten las sanciones", dijo a La Tercera Olga Ulianova, analista rusa del Instituto de Estudios Avanzados de la Usach. "Los otros países latinoamericanos no tienen nada que temer. Si Chile aumentara sus exportaciones y Estados Unidos tomara una medida en contra de Santiago, Washington estaría contradiciendo su discurso de libre comercio", añadió.

Por su parte, el embajador ecuatoriano en Moscú, Patricio Chávez Zabala, dijo a la agencia Efe que habían "abordado la posibilidad de aumentar y diversificar exportaciones". Una respuesta similar dio el embajador uruguayo, Aníbal Cabral Segalerba, según un comunicado del Siag.

En respuesta a las medidas aplicadas por la UE y EE.UU. contra Rusia, por su papel en la crisis de Ucrania, el primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, anunció ayer "la prohibición total por un año para la importación de ternera, cerdo, verduras y hortalizas, frutas, carne de ave, pescado, quesos, leche y productos lácteos" desde la UE, EE.UU., Australia, Canadá y Noruega. Sólo en el caso de la UE las importaciones agroalimentarias fueron de US$ 16 mil millones en 2013. Los analistas advierten que la medida tendrá un impacto en el crecimiento de Europa, que está saliendo de la crisis. Además, en el caso de Rusia, el desabastecimiento de los productos puede provocar un aumento en la inflación.

Para la analista, la búsqueda de Rusia de otros mercados hace recordar lo ocurrido en 1979, cuando la entonces Unión Soviética invadió Afganistán, ante lo cual Estados Unidos estableció un embargo para sus exportaciones hacia la Unión Soviética, país que importaba trigo para la producción de carne. Ante esto, la Unión Soviética recurrió a Argentina y durante algunos años, importó casi todo desde ese país. "Lo que ocurrió fue que los agricultores norteamericanos presionaron a su gobierno y luego, el embargo se acabó y volvieron los productos estadounidenses subvencionados y sus precios eran más bajos que los argentinos", señaló Ulianova.

Productores chilenos de alimentos valoran la oportunidad de crecer en mercado ruso