Por primera vez y en forma pública Rusia pidió que el líder libio Muammar Gaddafi abandone el poder. Así lo manifestó el Presidente Dmitri Medvedev, en una conferencia de prensa tras la culminación de la cumbre del G-8 en Francia.

"Si usted leyera la declaración (final del G-8), allí se dice que el régimen de Gaddafi ha perdido legitimidad y que él debe marcharse. Esto fue votado por unanimidad", señaló Medvedev.

En el caso de que salga del país, Rusia, sin embargo, no estará disponible como sede para el exilio del coronel, dijo el mandatario citado por agencias rusas.

Con su dimisión Gaddafi haría un favor a Libia, dijo el jefe del Kremlin. Medvedev se pronunció, sin embargo, contra una posible división del país norteafricano y anunció el viaje de un enviado especial ruso para hablar con la oposición y posiblemente también con la cúpula del gobierno de Trípoli.

Sin embargo, al concluir la reunión del G-8, el presidente francés Niclas Sarkozy declaró que "no  es posible" intentar una mediación con Gaddafi. A su vez, el primer ministro británico, David Cameron, dijo  que el conflicto para destituir al coronel "entra en una  nueva fase", en el día en que helicópteros de combate Apache  provistos por Londres estarán listos para atacar.

"Hay señales de que llegó el momento. Entonces es oportuno  aumentar la presión militar, económica y política", dijo. Los helicópteros de combate británicos y franceses operarán  en el área de Misrata y en el este del país norteafricano.