El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, instó hoy a la comunidad internacional a que convoque una cumbre internacional para tratar la crisis en Siria, en la cual participen "todos los actores implicados" para proponer soluciones.

"Todos los países que puedan tener influencia para solucionar la crisis, deberían sentarse en una mesa y tratar de entenderse", dijo Lavrov, aunque no especificó dónde ni cuándo podría tener lugar esa cita.

El canciller ruso mencionó que tanto el Consejo de Seguridad de la ONU como la Liga Arabe, además de Turquía e Irán, deberían estar presentes en esa cumbre, y recordó la oposición de Rusia a una intervención extranjera en Siria, al modo de lo ocurrido en Libia. "La gente de la oposición siria no quiere una intervención, es algo que sólo quieren desde fuera de país", declaró, y aseguró que la injerencia "no es el camino correcto".

Según Lavrov, esta opción está siendo debatida con China, que en principio la apoyaría, después de que ambos países (los dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad) hayan vetado en dos ocasiones una intervención en Siria para poner fin al conflicto.

Lavrov hizo estas declaraciones a la prensa en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, después de asistir a la reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el vicepresidente chino, Xi Jinping, con motivo de la undécima reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que tiene lugar entre hoy y mañana.

Desde que Putin aterrizó en Pekín el martes, China y Rusia han reforzado sus lazos en materia de seguridad y han dado muestra de su postura común con respecto a la crisis Siria, según ha declarado el propio presidente chino, Hu Jintao.