Rusia ordenó a sus compañías petroleras reducir fuertemente el suministro a su vecino Bielorrusia, en una importante escalada de una disputa comercial y diplomática tras la detención en Minsk del jefe de la empresa rusa de potasio.
En el pasado, disputas entre ambos países han afectado los suministros de petróleo provocando interrupciones de los flujos en los oleoductos que atraviesan Bielorrusia hacia países europeos como Polonia y Alemania.
Los recuerdos de esos recortes, que provocaron el alza del precio del petróleo, resurgieron esta semana después de un altercado diplomático importante entre Moscú y Minsk.
Bielorrusia detuvo esta semana al presidente ejecutivo de la rusa Uralkali, la mayor productora de potasio del mundo, acusándolo de daños económicos graves tras el colapso de un cartel ruso-bielorruso.
Rusia exigió la liberación de Vladislav Baumgertner. Uralkali controla un 20% del mercado mundial y pertenece parcialmente a Suleiman Kerimov, un multimillonario con estrechos vínculos con la administración del presidente ruso, Vladimir Putin.
"Parece que estamos encaminados otra vez a una nueva guerra comercial", dijo un operador ruso luego de que Transneft, el monopolio ruso de oleoductos ordenó un recorte en el suministro de petróleo a Bielorrusia de 400.000 toneladas para septiembre, o casi un cuarto de las entregas planeadas anteriormente.
Transneft citó preocupaciones ambientales, diciendo que necesitaba reemplazar 700 kilómetros de oleoductos viejos.
"Debemos acelerar los trabajos ya que es peligroso ecológicamente", dijo el vicepresidente Mikhail Barkov. Operadores petroleros dijeron que la orden fue totalmente inesperada.