Rusia ha reducido a menos de la mitad el costo del Mundial de Fútbol de 2018, de 18.000 a 8.300 millones de dólares, anunció Igor Shuválov, viceprimer ministro ruso. 

"Cortamos por todos los lados tanto como pudimos. La última cifra que presentó el ministro de Deportes, Vitali Mutkó, es 250.000 millones de rublos (unos 8.300 millones de dólares). Esto es el mínimo, mínimo", explicó Shuválov.

Shuválov subrayó que esta nueva cifra incluye tanto los estadios e instalaciones deportivas, como las infraestructuras relacionadas, como aeropuertos, carreteras, viviendas y centrales energéticos. 

El viceprimer ministro calificó de desorbitada la petición de 540.000 millones de rublos (18.000 millones de dólares) solicitada en un primer momento por las regiones de las 13 ciudades que acogerán partidos de la Copa del Mundo. 

El estadio olímpico Luzhnikí, que acogerá una semifinal y la gran final, será sólo remodelado y no demolido, como se había planteado en un primer momento.

A su vez, el estadio del Zenit San Petersburgo, que acogerá la segunda semifinal, se ha convertido en un problema para el gobierno, debido a las continuos cambios de empresa constructora y a los casos de malversación de fondos públicos.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha advertido sobre la importancia de controlar el gasto en la organización de eventos deportivos como el Mundial y los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014. 

Según los analistas, la ralentización del crecimiento de la economía rusa ha obligado al gobierno a modificar sus ambiciosos planes iniciales de inversión en infraestructuras de transporte y energía.