Rusia, desde la disolusión de la Unión Soviética, ha sido la segunda potencia olímpica en atletismo, detrás de Estados Unidos. Poco puede ser más fuerte que el valor de la historia reciente, de los logros de Elena Isinbayeva o del poder político de Vladimir Putin en Europa: la lucha contra el dopaje. Ayer el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) desestimó el recurso imterpuesto por 67 atletas rusos, a quien la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) no incluirá en los Juegos Olímpicos de Río por las investigaciones de dopaje de Estado en que se ha visto envuelto.
"No estoy aquí para prohibir a los atletas que compitan. Queremos incluir, no excluir. Seguiremos trabajando con Rusia para establecer nuevos criterios y que sus atletas puedan retornar a las competencias", expresó el británico Sebastian Coe, presidente de la IAAF.
Pero pocos en Rusia lo escucharon. Isinbayeva fue tal vez quien más duro respondió a la sentenciada ausencia de los atletas rusos en Río: "Ahora todos estos deportistas extranjeros supuestamente limpios pueden suspirar aliviados para ganar sus seudomedallas ante nuestra ausencia".
La garrochista anunció que irá a un tribunal internacional de Derechos Humanos y deslizó el retiro definitivo.
La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) dijo sentirse satisfecha por la decisión del TAS. "La AMA cree firmemente que esto no se trata de castigar a algunos atletas por las acciones de otros, se trata de que la IAAF exige a su federación (Rusia) estar a la altura de las normas de cumplimiento del Código Mundial Antidopaje", dijo su presidente, Craig Reedie.
El gobierno ruso acusó a Estados Unidos de haber provocado "un golpe imponente al movimiento olímpico y al deporte", como afirmó Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Exteriores de ese país. El ministro de Deportes, Vitali Mutko, anunció a su vez que Rusia apelará inclusive ante la justicia civil.
Portavoces de Vladimir Putin también atacaron la resolución, apoyo que llegó hasta de cercanos inesperados. El mandatario ruso, quien pratica judo, recibió el apoyo de la Federación Internacional de ese deporte, el rumano Marius Vizer: "Apoyamos a todos los deportistas limpios y esperamos que estén presentes en Río. La federación rusa es muy importante para la IJF".
La Federación Internacional de Natación (FINA), en tanto, se desmarcó del proceder de la IAAF. "La FINA no castiga a los deportistas que salieron limpios de los controles", dijo Paolo Barelli, presidente de la Federación Italiana.
Los otros deportes opinan, pues aún está en el aire, en principio hasta el domingo, la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de dejar fuera de los JJ.OO. a toda la delegación rusa, por la implicación del gobierno en los casos de sustancias ilícitas.
La AMA ya pidió a las federaciones internacionales que sigan el ejemplo de la IAAF, que sólo ha exonerado a una atleta rusa para competir en Río, aunque bajo bandera olímpica: la saltadora de longitud Daria Klishina, quien entrena en Estados Unidos, fuera del sistema estatal ruso. Es casi seguro que la Federación Internacional de Levantamiento de Pesas prohibirá competir a Rusia, Bielorrusia, Bulgaria y Kazajistán, por dopajes.
Una docena de agencias nacionales antidopaje le pidieron al presidente del COI, Thomas Bach, que prohíba la participación de todo el equipo ruso, aunque los atletas que hayan superado controles podrían competir bajo bandera neutral, como Klishina.
Sin atletas rusos en Río, la lista de clasificados seguramente correrá y nuevos atletas podrían entrar, aunque es poco probable que haya chilenos. "Ya pasó en el canotaje y no entrarán chilenos, pienso que pasará lo mismo con el atletismo, pues no hay nacionales que hayan estado a punto o cerca de clasificar", señala Marcelo Ubal, secretario general del Plan Olímpico.