Rusia está "sumamente preocupado" por la intensificación de los combates en el este de Ucrania, lo que ha llevado al  presidente ruso, Vladimir Putin, a escribir una carta a su homólogo ucraniano  Petro Poroshenko proponiéndole la retirada de las armas pesadas del frente. 

"Estamos sumamente preocupados por el desarrollo de la situación. Los  bombardeos de los barrios residenciales se han reanudado en Donetsk y hay  muertos de nuevo", declaró el portavoz del Kremlin Dimitri Peskov, citado por  las agencias rusas.

"Estos últimos días, Rusia ha hecho constantes esfuerzos de mediación en el  conflicto", dijo Peskov.

Putin envió en la noche del jueves al viernes una carta a Poroshenko en la  que le propone "un plan concreto para la retirada de la artillería pesada" de  la línea de frente, según el Kremlin. 

"Desgraciadamente, la parte ucraniana ha rechazado el plan propuesto y no  ha hecho ninguna contraoferta. Además, los combates se han reanudado", prosigue  Peskov.

Rusia niega que suministre armas y combatientes a la rebelión prorrusa del  este de Ucrania y que despliga tropas como le acusan el gobierno ucraniano y  los occidentales, pero asume un papel de mediador en el conflicto.

"La parte rusa está dispuesta a usar su influencia en los rebeldes para  convencerlos de aceptar tal opción para evitar víctimas civiles", dice el  ministerio de Relaciones Exteriores ruso en un comunicado.

Los combates redoblaron la violencia esta semana en el este de Ucrania,  entre los rebeldes prorrusos y el ejército ucraniano, provocando decenas de  víctimas civiles y militares y suscitando el temor a una confrontación  generalizada en toda la línea de frente como en el verano de 2014.