En octubre de 2013, Ahmed, de 67 años, intentó huir con su familia de la guerra en Siria. Para ello decidió irse a Libia donde fue obligado a pagar US$3.000 por persona para abordar un bote que lo llevaría Europa. Sin embargo, fue encerrado en una granja y amenazado por los traficantes de personas, quienes finalmente subieron a 200 personas a una embarcación pequeña. Unas horas después de dejar la costa muchos quisieron regresar y ahí comenzó el caos. El grupo armado disparó a quemarropa, las balas le dieron a la embarcación y comenzó a hundirse, muriendo más de 36 personas entre ellos toda la familia de Ahmed. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur) hay un estimado de 11 millones de sirios que han abandonado el país desde marzo del 2011.
Por tercer año consecutivo la ruta del Mediterráneo es considerada la más peligrosa del mundo para los miles de inmigrantes y refugiados que cada día huyen de sus países en busca de una mejor vida. La Organización Mundial de las Migraciones (OIM) denunció que durante 2016 la cifra de fallecidos en este trayecto aumentó a 5.079 personas. Las cifras preocupan a las autoridades que cada año ven un incremento sustancial en la cantidad de víctimas fatales. Durante el 2015 alrededor de 3.777 personas perdieron la vida y en 2014 la cifra llegó a 3.279.
Todas las semanas salen navíos ilegales con destino a Europa que son manejados por las mafias que trafican con personas, también conocidos como los "chacales". En embarcaciones, muchas veces, no aptas para viajes largos se trasladan hombres, mujeres y niños, quienes viajan con malas condiciones climáticas y sin las mínimas medidas de seguridad. La asfixia por inmersión es la mayor causa de muerte en esta ruta, lo que ha cobrado la vida de 4.218 personas, seguida por los accidentes de tráfico o tren, hipotermia o deshidratación y disparos a quema ropa.
El aumento de llegadas irregulares a las costas italianas ha aumentado considerablemente en comparación a años anteriores, 181.436 desembarcaron en Italia, en su mayoría provenientes del continente africano, de países que han sido afectadas por Boko Haram y terribles hambrunas como Nigeria, Eritrea, Guinea, Costa de Marfil, Gambia, Senegal, Mali y Sudán. La cantidad de inmigrantes que llegan a Grecia va en descenso, alcanzando las 173.561 personas en 2016, de ellos la mayoría huyen de la guerra en Siria, los conflictos en Afganistán o vienen de países como Pakistán e Irán.
La segunda vía más peligrosa es la del norte de Africa en la que murieron 1.124 personas, seguida por la de México y Estados Unidos con 432 muertes, el Cuerno de Africa tuvo 200 víctimas fatales y Centroamérica 174 fallecidos.