Eugenio Eben, presidente de la Ruta del Vino Valles de Curicó, recuerda cómo fue el día en que subió hasta los faldeos del volcán Planchón y botó su lancha en las Lagunas de Teno, cuando navegar a más de 2.500 metros de altura era toda una osadía.
Han pasado más de 40 años y el empresario está parado frente al mismo lugar, desde el cual contempla los espejos de agua cristalina bajo el imponente macizo y el ventisquero que anticipa el nacimiento del río Malo. Allí, el también gerente de producción de Aresti y sus acompañantes descorchan algunos de los mejores mostos que se producen río abajo.
La experiencia es parte del más reciente atractivo que promueve la Ruta del Vino Valles de Curicó, uno de los circuitos destacados del enoturismo a nivel nacional. A su oferta turística, que combina visitas a bodegas tradicionales, casas patronales del siglo XIX y servicios gastronómicos de primer nivel, el conglomerado de 13 viñas (Miguel Torres, Aresti, Puertas, San Pedro, Valdivieso y Millamán, entre otras), esta temporada sumó un servicio especialmente ideado para aficionados al vino y la naturaleza. "Nuestra idea no es sólo destacar nuestras viñas y los vinos de excelencia que producimos, sino también que se conozca esta extraordinaria geografía", dice el empresario.
El programa se realiza en dos días. En el primero se efectúa un tour de vino a viña Millamán, en la comuna de Sagrada Familia, donde los turistas alojan en una casa patronal del siglo XIX, con salones restaurados y muebles de caoba. En el predio se aprecian añosos olivos familiares y los cultivos de aceites de oliva premium (TerraMater).
Al día siguiente, muy temprano se emprende viaje a la zona del volcán Planchón, un paisaje de belleza inhóspita, donde al adentrarse se alternan las veranadas de corderos, cabras y caballos y vertientes que afloran por doquier. Desde la Ruta 5 Sur, se accede por el cruce "La Montaña" (Ruta J 25), internándose por el valle del río Teno, hasta tres kilómetros antes de llegar al paso Vergara, en la frontera con Argentina.
Desde allí, el trekking está a cargo de Patrice Pellet, empresario francés y guía de montaña, quien por dos horas conduce a los turistas hasta las Lagunas de Teno, en los faldeos del volcán. Quienes viajan en 4x4 pueden acceder por un camino sólo apto para conductores avezados. Allí, los impulsores de la ruta ofrecen un picnic con degustación de finos vinos, helados por la nieve que queda en el lugar. La actividad termina en la Reserva de Querencia, un restaurante boutique de la zona.