Cuenta la leyenda que el histórico Puente de Cal y Canto se construyó no sólo con cal y huevos, sino también con sangre. El hombre a cargo de las obras era el entonces corregidor de Santiago, Luis Manuel de Zañartu, un hombre severo y despiadado, que cuando se producían peleas entre los obreros -donde había indios, mulatos y zambos-, aparecía a zanjar la disputa con un hacha en una mano y una pistola en la otra: uno recibía un hachazo y el otro un balazo.
El puente se terminó en 1779 y, desde entonces, abundan las historias de sucesos paranormales que ocurrieron en este lugar. Como la leyenda de una carreta que lo atravesaba todas las noches de norte a sur y que era idéntica a la que tenía el corregidor. Se decía que los vecinos eran testigos de este hecho y ninguno, entonces, se atrevía a cruzar el puente después de las nueve de la noche.
Este relato y otros más son los que la empresa Santiago Freak está reviviendo todas las semanas en un recorrido turístico que realiza desde enero, un viernes al mes, a las 18.30 horas. "Son sucesos místicos, paranormales o mágicos que se han registrado en lugares históricos de la ciudad", cuenta Víctor Román, uno de sus creadores.
Este tour, que mezcla historias de fantasmas y apariciones, tiene siete paradas por hitos reconocidos del casco histórico de la capital y que esconden sucesos registrados en algunos textos o que son parte de la tradición oral. El circuito comienza en la Estación Mapocho y termina en la Biblioteca Nacional, y durante sus más de dos horas de recorrido a pie se visitan también el ex Congreso, la Plaza de Armas, la iglesia de San Agustín y el cerro Santa Lucía.
EL TESORO MALDITO
A fines del siglo XVI, los jesuitas levantaron la parroquia San Miguel Arcángel en la esquina de Catedral con Morandé. Debajo, enterraron un tesoro religioso que incluía la cabeza de una de las vírgenes que murió junto a Santa Ursula, la mártir cristiana que fue atacada por los hunos en el siglo III. Se cuenta que esta cabeza enterrada marcó para siempre el destino de este lugar.
Ahí se construyó la iglesia de la Compañía de Jesús, que en 1863 fue afectada por el incendio más grande de la historia de Chile y en el que murieron más de 2.000 personas. "Este lugar está marcado por el dolor. Ahí está hoy el ex Congreso Nacional... Siempre se contaron historias de máquinas de escribir que tipeaban solas y de libros que se movían en sus estantes", cuenta Román.
En el recorrido se narran también episodios de apariciones en la Estación Mapocho, el Portal Fernández Concha y la Biblioteca Nacional; el misterio que rodea los túneles y grutas que existen en el cerro Santa Lucía y la historia del Cristo de Mayo, que fue echado a la calle por la Quintrala y que hoy está en la iglesia de San Agustín.
Santiago Paranormal es el más demandado de los circuitos de la empresa, pero también existen otros. Como el que se realiza por sitios emblemáticos de la bohemia capitalina de comienzos del siglo XX, y el que recorre las obras con que se celebró en la ciudad el Centenario de Chile, como el Parque Forestal y la Plaza Italia.