La miseria de las barriadas de chozas de Yakarta es la principal oferta de una nueva y polémica ruta turística que enfatiza en ofrecer un retrato sincero, a pesar de la crudeza, del día a día de los más pobres de la capital indonesia.

Marco y Paola, una pareja de jóvenes italianos de visita en Yakarta, avanzan con precaución por una retorcida callejuela, embarrada y sucia, del área de Luar Batang, una de los puntos más deprimidos de la ciudad."Esto es un baño de realidad. Esta es la verdadera Yakarta", asegura Ronny Poluan, cineasta y fundador de Interkultur, la organización no gubernamental que organiza los recorridos "Yakarta Oculta".

Poluan les guía a través del intrincado laberinto de decrépitas chozas y canales sucios y les presenta a los vecinos de la zona con quienes se van topando mientras explica cómo es la vida diaria en los suburbios.

TURISTAS
La pareja italiana conversa con un par de ancianos, varias mujeres y regala caramelos a una docena de niños, la mayoría con problemas dermatológicos debido a la insalubridad del barrio. "Lo más importante del tour es mostrar a los turistas cómo viven todas estas personas, hasta cinco millones en Yakarta, en unas condiciones muy duras, en la más absoluta pobreza", explica Poluan.

Wati, de 23 años, invita a la pareja de foráneos al interior de su casa de tres por cinco metros, donde vive con su marido y sus cinco hijos, y se deja fotografiar junto a algunos de sus familiares. "Una vez al mes, con la marea más alta, el agua del mar entra en casa hasta aquí", les dice Wati, señalando una línea horizontal oscura en la pared de al menos 30 centímetros de altura.

Poluan decidió a principios de año empezar a ofrecer estos recorridos de manera formal y que conoce bien tras visitarlos para amigos y directores de documentales durante una década.

PRECIO
El precio de la ruta, que dura unas seis horas, asciende a 350.000 rupias (37 dólares o 18,527 pesos), de las que el 70 por ciento va a parar a las comunidades empobrecidas que se visita.

La aparición de esta iniciativa desencadenó toda una polémica entre los que consideran que sirve para denunciar la pobreza extrema de Yakarta y genera ingresos para los más necesitados, y quienes tachan la idea de voyeurismo sin escrúpulos. "Puede resultar incómodo, pero sirve para que los turistas, la mayoría occidentales de clase media, vean por primera vez con sus propios ojos esta pobreza tan brutal", argumenta Robert Finlayson, un voluntario australiano que trabaja en Interkultur.

GOBIERNO
El Gobierno de Yakarta cifra el número total de pobres en la capital en torno a las 160.000 familias, pero las organizaciones humanitarias lo elevan hasta los cinco millones de personas.

Rica en contradicciones, la capital indonesia abandera el robusto pero desigual despegue económico del país, cuyo Producto Interior Bruto se situará este año en torno al 4 por ciento pese a la crisis. Junto a las extensas bolsas de pobreza, en el centro de Yakarta se multiplican las tiendas de lujo, se disparan las ventas de las más novedosas Blackberry y se siguen construyendo rascacielos, caros apartamentos y flamantes centros comerciales.

La clase media crece progresivamente, sobre todo en las grandes ciudades, y ya representa unos 35 millones de personas, un 15 por ciento de la población total, según los expertos.

Mientras tanto, uno 100 millones de indonesios, o el 40 por ciento de la población, viven por debajo del umbral de la pobreza, de acuerdo con el Banco Mundial.