La idea de Ruy Barbosa era despedirse del Rally Mobil en su ley, corriendo al límite, como lo ha hecho en siete años de carrera. Sin embargo, el fin de semana en Casablanca fue nefasto. El viernes no pudo probar su Honda Civic Type R y el sábado, camino a la primera especial, se rompió el motor.
Amargo adiós a uno de los principales animadores del rally que, aunque nunca fue campeón, siempre anduvo en punta. Con enojo y tristeza, se despidió de su gente y se fue del parque de asistencia. Antes de eso, un ataque de honestidad brutal.
¿Por qué retirarse? "Son varias cosas. Si me hubiera ido bien este año estaría tranquilo, contento y pensando en 2015, pero cuando ves que las cosas no van a mejorar es mejor hacerse un lado y continuar con las cosas mas importantes de mi vida, preocuparme de mi familia y mi trabajo", explica. "Me costó decir que me retiraba", agrega.
Hay un elemento clave en esto, una decisión mecánica de Carlos Muñoz, jefe del equipo Movistar Motorola Honda Racing. "A Carlos se le ocurrió hacer un injerto y sacar todas las piezas de mi auto al modelo americano. En realidad fui un estúpido, porque en vez de ponerme duro y poner mis condiciones, siempre he apoyado las locuras de Carlos. Creo que fue una tremenda estupidez", dice sin tapujos.
Pero aclara de inmediato que no hay resentimiento con el equipo ni con Muñoz. Sólo lamenta no haber corrido en su última prueba. "Venía a terminar mi carrera y hacer una linda competencia. Quería despedirme corriendo bien para el público que siempre me ha apoyado y que me ha mandado mensajes de cariño, pero tuve que salir hoy (ayer) a probar un auto y no es lo que quería hacer", apunta.
Faltó el título
En perspectiva, Barbosa se va contento, dice él. Principalmente, porque cumplió un sueño y siguió la senda de su padre homónimo. "Mi papá fue campeón de rally en 1975, vibré con él con los autos y correr era una meta que tenía en mi mente. Tuve momentos muy satisfactorios, orgulloso de haber sido parte del Rally Mobil, sobre todo en una parte donde se mostró un gran nivel de competencia en los pilotos nacionales".
En siete años, apunta algunos hitos. "Uno importante fue haber ganado el Motorshow 2012 en La Moneda y desquitarme de lo que pasó el año anterior", enumera, "pero hay muchos más".
Así, recuerda sus inicios: "Esa etapa de aprendizaje con los hermanos Osvaldo y Rodrigo Stuardo, que fue maravillosa. Fui como una esponja, que absorbí todo lo que me dijeron". Su llegada a su actual equipo también es relevante, agrega. "Fue en un momento difícil, cuando se dejó de invertir y pagarles a los pilotos. Fue una gran movida la de Carlos conmigo para unirnos y formar un equipo poderoso. Tengo que ser claro en eso, porque si bien no estoy contento con las decisiones que tomó Carlos en el último tiempo, primero que todo somos amigos y segundo, él ha sido un tremendo aporte al Rally Mobil", declara.
Sin embargo, de todo lo bueno, Barbosa reconoce una sola deuda: "Me quedará la espinita clavada de no ser campeón de Chile, igual que en el motocross. Quería serlo y me faltó poquito en una, pero lo perdí por una tontera que pasó en el 2011 (chocó en una curva). Es lo único que me dejó insatisfecho".
Deja la puerta abierta a volver, pero "en una carrera donde conociera las rutas o en un Motorshow. Igual tendré que buscar algo para mantener la adrenalina al tope, porque esto se echará de menos", concluye.
Emilio Rosselot cumple en España
RR Una buena presentación cumplió Emilio Rosselot en su debut europeo en rally. En la última fecha del campeonato de tierra en España, disputada en Río Lobos, provincia de Cáceres, el menor de los Rosselot finalizó sexto entre 36 autos totales, a 2'46"3 del vencedor, el local Nils Solans, tras nueve especiales y un total cronometrado de 97,97 kilómetros.
"Fue una valiosa experiencia, que me sirvió para conocer el medio europeo y para medir mi capacidad conductiva. Mi actuación fue muy positiva y ojalá pueda repetir la experiencia a futuro", aseguró el campeón 2014 de la N4, quien corrió junto al argentino Marcelo Brizio como navegante en un Mitsubishi EVO X.
Es la segunda incursión internacional de Rosselot, quien en 2012 corrió en Argentina.