Sabino Aguad, quizás, fue el mejor refuerzo de la U. No anotó ningún gol ni recibió la falta penal que permitió a los azules vencer a La Calera y asegurar el Torneo de Apertura 2014. Nunca entrenó bajo las órdenes de Martín Lasarte y tampoco compartió el camarín con los jugadores. De hecho, reconoce que es pésimo para jugar fútbol. Pero desde su escritorio, en el segundo piso del Centro Deportivo Azul, el gerente deportivo logró rearmar un plantel que sólo sumaba fracasos en las últimas temporadas.
Carlos Heller, apenas asumió la presidencia, ordenó reintegrarlo a la institución. No quería que un dirigente identificado con el club estuviera lejos del CDA. Aguad debía retornar a su casa.
Y así sucedió. En sólo siete meses, logró volver a instalar a al cuadro laico en lo más alto del certamen local. "Es muy importante la confianza. Nos hemos complementado muy bien con Heller", comenta Aguad.
Venía con el plan armado. No se dejó impresionar con el currículum de Ricardo Gareca ni con el gran momento de Eduardo Berizzo en O'Higgins. Estaba convencido de que sólo había un indicado para la banca del cuadro estudiantil: Martín Lasarte.
"La primera vez que me reuní con Lasarte fue en marzo. No sabía que volvería a la U. Me junté con Julio César Falcioni (ex Universidad Católica), Diego Cocca (campeón en Racing), entre otros", señala.
"¿Mi primera impresión de Lasarte? Me gustó mucho. Nos dimos muchas horas y uno va entrando en detalles de toda su carrera. Después llamé a gente que ha estado con ellos, ya sea jugadores, dirigentes, colegas e, incluso, hinchas, pero de los que van al estadio", agrega.
Corría el año 2006 y Aguad trabajaba en una oficina del sector oriente de Santiago. Vestido con un elegante terno y rodeado de papeles e informes, el Ingeniero Civil de la Universidad de Chile destacaba como gerente de una importante fábrica de contenedores industriales.
Su buen trabajo lo puso en la lista de candidatos para asumir un cargo en Pisa, empresa de papeles de Gabriel Ruiz Tagle, quien lo entrevistó personalmente. "Me reuní con Gabriel Ruiz Tagle cuando aún no tenía nada que ver con el fútbol. Estaba cómodo en mi trabajo, así que recomendé al otro candidato que estaba postulando. Hablamos por cerca de dos horas de deporte", recuerda, entre risas.
Once meses después de la reunión de trabajo con el empresario, el destino le tenía preparado un cambio total en su vida. Atrás quedarían las oficinas con chimenea y el deporte pasaba a ser su principal motivación. "Ruiz Tagle me ofreció unirme a Colo Colo y el proyecto me gustó mucho. Desde el comienzo le dije que había estado siempre ligado a la U, pero me dijo que necesitaba un hombre de deportes".
Su paso por Colo Colo estuvo plagado de éxitos. Fue clave en la obtención de varios títulos y artífice de la remodelación del Estadio Monumental. A mitad de 2009, Aguad renunció al Cacique y partió al equipo de sus amores: Universidad de Chile.
La historia con el cuadro azul, luego de conseguir títulos nacionales y la Copa Sudamericana, llegó a su fin en 2012. Diferencias con Jorge Sampaoli, entrenador de esa época, terminaron por sentenciar su paso por La Cisterna.
"Hemos conversado en más de alguna oportunidad (Con Sampaoli). Cada uno tiene su estilo y yo respeto el de él, como yo pienso que él respeta el mío. Es un tema que ya no se habla", dice. "¿Si volvería a trabajar con él? En el fútbol nunca digas jamás. Hay que saber perdonar".
Limpieza en el camarín
Su llegada a la U coincidió con la reestructuración total de la plantilla azul. Sabino Aguad y Martín Lasarte analizaron puesto por puesto al equipo y definieron dónde había que reforzar. "Se fueron cerca de 25 a 26 jugadores, por diferentes razones", dice.
Sin embargo, no sólo emigraron jugadores. Mathías Corujo, Ricardo Guzmán Pereira, Gustavo Canales lideraron la lista de futbolistas que potenciaron al actual campeón del fútbol chileno.
"¿Mi secreto para fichar jugadores? Hay que saber que en el fútbol uno siempre se va a equivocar. El error en el fútbol es del 50%, por lo menos. La clave es trabajar en equipo. Ver jugadores y estar cerca del equipo. Escuchar y ver mucho".
El título consolida
La estrella 17 de Universidad de Chile fue el mejor premio para Aguad. "Martín Lasarte nunca dudó que iba a conseguirla. Estaba muy seguro", comenta. Eso sí, no le gusta recibir halagos. Sólo afirma que se siente una pieza importante en la obtención de la corona, pero nunca la clave.
El objetivo que aparece en el horizonte es la Copa Libertadores. Como buen hincha de la U, sueña con sumar el trofeo a la vitrina del CDA. "Los brasileños tienen 10 veces más dinero para gastar que nosotros, pero así es la cosa. Dentro de la cancha, gracias a Dios, entran once contra once. Siempre está la ilusión de conseguir ese trofeo".
Los minutos de la entrevista comienzan a llegar a su fin. Su celular no para de sonar y desvía las llamadas una tras otra. Hasta que pide un minuto para contestar. "Estoy terminado una entrevista. Voy para allá", cierra.