El primer sacerdote en llegar hoy al 34° Juzgado del Crimen de Santiago, para prestar declaración frente a la ministra en visita del caso Karadima, Jéssica González, fue Fernando Ferrada, párroco de la parroquia Jesús Carpintero de Renca, quien a la salida de la diligencia afirmó que ratificó todos sus dichos anteriores.
"Está todo declarado, y yo vine a ratificar, queremos que quede claro si estas denuncias son mentira o verdad", dijo Ferrada, al momento que agregó estar colaborando con la Justicia y la Iglesia. El religioso firmó una carta de alejamiento de la Unión Sacerdotal, tras reconocer como plausibles las denuncias contra Karadima.
En junio del año pasado, Fernando Ferrada, compareció ante el fiscal Xavier Armendáriz y señaló que un ex feligrés estaba solicitando dinero al religioso Diego Ossa, con quien había trabajado en una parroquia de Renca, y dijo que el año 2003 supuestamente sufrió un acto impropio.
Además, el religioso sostuvo que esta situación se la informó al cardenal Francisco Javier Errázuriz y al obispo Andrés Arteaga. En tanto, de acuerdo a los antecedentes, Osbén conocía desde que era menor de edad al sacerdote Diego Ossa (46), ex párroco de Jesús Carpintero y actual vicario de El Bosque, y uno de los defensores de Karadima.
Los pagos fueron realizados por el abogado Juan Pablo Bulnes, defensor de Karadima en la investigación canónica. A Osbén se le pagaron algunas deudas y se le entregó dinero en efectivo. Mediante los correos, Osbén le decía a Ossa que necesitaba $ 100 millones.
Ferrada sostuvo antes de retirarse del juzgado, que "vienen tiempos muy buenos para la Iglesia y el espíritu santo está actuando".