El jefe de la división de protección pecuaria del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) Héctor Escobar, aseguró este miércoles que "cada partida de carnes bovinas exportada a la Unión Europea, al igual que las enviadas a otros países y las distribuidas en el mercado interno, es controlada por el SAG, asegurando el cumplimiento de las normas internacionales y su aptitud para el consumo".
El 26 de marzo el SAG anunció a través de un comunicado señaló que en vista de las exigencias en materia de inocuidad que ha determinado la Unión Europea, decidió suspender, de manera temporal, la certificación para la exportación de carnes bovinas a ese destino, hasta estar en condiciones de dar total cumplimiento a dichos requerimientos.
Sin embargo, de acuerdo a un reportaje publicado este lunes por CIPER el SAG habría tomado la determinación obligado por una auditoria hecha por la UE que detectó serias deficiencias en el sistema de certificación de calidad de la carne de vacuno chilena.
CIPER tuvo acceso a la carta enviada por la UE al SAG donde anuncia que cerrará su mercado al producto, pero ofrece una salida alternativa: que las autoridades locales suspendan por iniciativa propia la certificación y detengan las exportaciones.
Al respecto Escobar señaló a La Tercera que el proceso para cumplir con las exigencias se vendría trabajando desde antes de la suspensión de la carne bovina.
"El SAG está trabajando desde antes de que se adoptara la decisión de suspender la certificación de exportaciones de carne bovina a la Unión Europea. Se sostuvieron reuniones con los gremios involucrados y se desarrollará una labor público privada coordinada, para levantar las observaciones y retomar los envíos lo más pronto posible", indicó.
Consultado respecto al impacto que podría tener en la imagen de la carne bovina nacional, el jefe de la división de protección pecuaria del SAG señaló que: "La carne de bovino chilena goza de una excelente imagen, de no ser así no habríamos podido concretar exportaciones a un mercado tan exigente como es Corea, tras una gestión de ocho años de negociaciones que se concretó a fines del año pasado".
En el comunicado que emitió el SAG el pasado 26 de marzo se señala que el mercado de la UE corresponde a sólo un 0,7% del total de exportaciones bovinas, por lo que la medida no tendría mayor impacto económico y se estima que los envíos deberían retomarse en la próxima cuota arancelaria, es decir, el 1 de julio de este año.